'Policía política'. 'Policía patriótica'. 'Las cloacas de Interior'. Pablo Casado corta por lo sano. Desaloja de las listas electorales a quienes dirigieron la cúpula del Minsiterio del Interior durante el gobierno de Mariano Rajoy. Ni Jorge Fernández Díaz, exministro, ni Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad, figuran ya como candidatos. Ignacio Cosidó, exdirector de la Policía Nacional, está a la espera de la celebración de las autonómicas. El presunto 'espionaje' a Pablo Iglesias salpica al PP. En Génova hablan de que son asuntos del pasado y que se ha de respetar la acción de la justicia.
La 'operación limpieza' llevada a cabo por el presidente del PP en la elaboración de las listas electorales no se limita a cambiar los cabezas de cartel en generales y autonómicas. No se reduce al relevo generacional. Hay una segunda parte más delicada. La limpia de todo elemento contaminante relacionado con el comisario (jubilado) José Manuel Villarejo, ahora en prisión. Ni Fernández, ni Martínez ni Cosidó están imputados ni procesados. Pero una nube de sospechas envuelven su paso por Interior.
El detonante más severo ha sido la 'Operación Kitchen', una chapuza montada para espiar a Luis Bárcenas, quien fuera tesorero del PP con Rajoy. Ahora emerge otro 'affaire', el del teléfono de Pablo Iglesias, con algunas derivadas inquietantes. Hay más que evidentes sospechas de que el Gobierno utilizó políticamente los servicios de Seguridad del Estado para actuar contra rivales incómodos o personajes molestos.
Este episodio sobre el líder de Podemos se sustancia ahora en la Audiencia Nacional. Uno de tantos a los que ha de hacer frente el singular comisario, que en sus declaraciones ante el tribunal sigue emitiendo acusaciones e informaciones de toda índole, desde el 11-M hasta el CNI, su 'bestia negra'.
'Operación Cataluña' y 'Operación Kitchen'
Casado ha decidido tirar por la calle de en medio, ha agarrado la guadaña y no parece rendirse a las presiones. En especial en lo que hace a Jorge Fernández, quien ya logró salir acoso en el Supremo de las acusaciones sobre la denominada 'Operación Cataluña', un supuesto montaje contra los sectores políticos secesionistas catalanes que fue finalmente archivado. Descartada su posible designación como candidato al Congreso o al Senado, el exministro del Interior pretende subirse a la lista del PP a las elecciones europeas. "Tiene apoyos muy firmes, no sólo de Rajoy", dicen en fuentes del partido. No parece que logre su objetivo. En Génova ya le dan por descartado, "salvo un brusco cambio en el frente judicial".
Su mano derecha en el departamento, Francisco Martínez, ha sido apeado de toda aspiración de continuar en el Congreso. Además de la de 'Kitchen', también aparece envuelto en el proceloso asunto del móvil hurtado a una persona de confianza de Pablo Iglesias. El líder de Podemos se sirve de este episodio, con escasos precedentes en nuestra democracia, para recuperar el protagonismo político perdido y, al tiempo, para arremeter contra el PP de Rajoy, su cúpula policial, empresarios y periodistas.
"Los malos siempre pierden"
Ignacio Cosidó, portavoz del grupo popular en el Senado, mantiene por ahora su acta de parlamentario ya que consiguió su escaño por el cupo autonómico. Una vez que queden constituidas las Cortes en Castilla y León, Cosidó podrá despejar las dudas en torno a su futuro. Que se adivina incierto. "Aún faltan unos meses y en política eso es un mundo", comentan en el PP. De momento, la cosas le pintan mal.
Cosidó fue el protagonista inocente del episodio de un indiscreto guasap sobre el magistrado Manuel Marchena que vio la luz durante la negociación entre el PP y el PSOE para renovar el CGPJ. También fue uno de los primeros dirigentes del PP que dio el paso al frente para alinearse en la candidatura de Pablo Casado en las primarias por la sucesión de Rajoy. "No se rinde, le gustan las pelis del oeste y aún cree que los malos nunca ganan", comenta un diputado muy cercano al exdirector de la Policía.
Casado consiguió que el asunto de la corrupción del PP no aparezca en el debate político de la precampaña. Los líos de las 'cloacas', sin embargo, aún le dan disgustos y más de un sobresalto. Por eso ha decidido apartar a los 'infectados' en estos escándalos. En Génova le quitan importancia a todo este embrollo de las 'cloacas'.
"Es un asunto antiguo, nadie del nuevo PP está infectado por esa historia". Teodoro García Egea, número dos del PP, señalaba esta semana que "todos deberíamos hablar en base a sentencias y no en base a conjeturas". La versión oficial del PP es que "mientras estas cuestiones se estén juzgando, hay que dejar trabajar a los tribunales". De momento, han alejado de sus filas a los protagonistas del escándalo. "El final de la película lo dirán los tribunales", concluyen.
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