El PSOE de Pedro Sánchez fue el claro vencedor de las elecciones generales de ayer, 28 de abril, con casi 7,5 millones de votos, el 28,8% del total. Un resultado que se ha traducido en 123 escaños y que le permite sacar pecho al presidente del Gobierno ya que quedó por encima de los 110 diputados que obtuvo Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011, año en el que los socialistas colocaban el inicio de todos sus males.
Si bien las fuerzas de la derecha -PP, Ciudadanos y Vox- cosecharon 11,1 millones de votos, casi los 11,2 millones de PSOE y Podemos, se quedaron en 147 escaños. Es más, la suma de diputados entre PP y Cs son los mismos 123 que logró el PSOE ayer en los comicios.
"Once años sin que el PSOE ganase las elecciones, y hemos hecho que pase", inició un eufórico Sánchez desde el balcón de Ferraz. Cuando muchos de los simpatizantes gritaban contra Ciudadanos -"¡Con Rivera no!"- Sánchez se vio en la obligación de responder: "Creo que ha quedado bastante claro" que no pactará con él, dijo. Eso sí, unos minutos más tarde matizó: "No vamos a poner cordones sanitarios"; el único límite será "la Constitución" y hará un gobierno "proeuropeo". Unas condiciones que perfectamente podría cumplir Ciudadanos.
Más participación que tras el 11-M
Los socialistas quedaron muy por delante del resto de partidos ya que Sánchez logró movilizar al electorado de izquierda con un índice de participación que nadie preveía: el 75,78% al cierre de los colegios es un dato altísimo, nueve puntos más que el dato registrado en 2016 (66,48%) e incluso por encima del porcentaje de 2004 tras los atentados del 11-M, que fue del 75,66%.
En todo caso, el PSOE se queda lejos de la mayoría absoluta de 176 escaños (el PP tenía hasta hoy 137) y tendrá que lograr apoyos parlamentarios para gobernar en los próximos cuatro años. Tiene la ventaja que cualquier gobierno pasa por PSOE, no como en esta última legislatura en la que se podía dar una mayoría tanto a izquierda como derecha. Pero no lo tendrá fácil.
La opción más viable es que los socialistas pacten con los 42 diputados de Podemos y los 15 de los independentistas de ERC, cuyo líder en prisión, Oriol Junqueras, ya advirtió desde la cárcel que tiene intención de facilitar ese Ejecutivo socialista.
Hay que recordar que los republicanos han dado un giro estratégico volviendo al referéndum pactado -a diferencia de JxCAT de Carles Puigdemont que sigue en el monte desde su autoexilio de Waterloo- y ya no marcan líneas rojas al PSOE.
Existe una alternativa improbable con la suma de los 123 escaños del PSOE y los 57 de Ciudadanos, que de la mano sumarían 180 escaños. Pero la formación naranja dejó claro esta noche que rechaza cualquier tipo de acuerdo con los socialistas y que prefiere quedarse en la oposición para intentar dar el sorpasso al PP y quedarse como primera fuerza del centro-derecha en futuros comicios.
El peor resultado del desde 1982
La debacle la sufrió en sus carnes el PP, que se quedó en 66 escaños, muy lejos de los 137 que logró Mariano Rajoy en 2016. Por el camino se ha dejado más de la mitad de la representación parlamentaria en el Congreso, así como la mayoría absoluta en el Senado.
La caída es histórica ya que son las peores cifras de la formación conservadora desde 1982 y 1989, cuando la Alianza Popular (AP) de Manuel Fraga logró 107 escaños frente al PSOE de Felipe González. Sólo los primeros comicios de la Transición fueron peores numéricamente a los que hoy ha cosechado Casado, pero en aquel momento el partido fundado por Fraga aún arrastraba el estigma de ser el franquismo sociológico.
Desde la refundación de la derecha en el PP, los guarismos estuvieron siempre por encima del centenar de escaños. José María Aznar logró 141 diputados en 1993 y 156 en la primera victoria electoral del PP en 1996. Con la mayoría absoluta del año 2000 llegó a los 183 escaños.
La mala noticia es que Sánchez e Iglesias van a formar gobierno con los nacionalistas
Mariano Rajoy se quedó en 148 en 2004 y fue subiendo progresivamente hasta los 186 de su mayoría absoluta en 2011. Luego bajó a 123 en 2015, pero el bloqueo político llevó a los comicios de 2016 en los que obtuvo los citados 137.
Ahora Casado se queda en unas paupérrimas 66 actas pero no tira la toalla. "Sabemos estar a las duras y a las maduras, el PP sigue siendo el líder de la oposición y del centro derecha", dijo en la sala de prensa de Génova. El balcón en el que se festejaron tantas victorias se quedó esta vez vacío.
Ciudadanos roza el sorpasso
Ciudadanos fue, junto al PSOE, el único partido de los que tenían representación parlamentaria que creció numéricamente al pasar de 32 a 57 escaños. Lo más sorprendente del resultado naranja es que se quedó a las puertas de superar al PP con sus 4,1 millones de votos, a sólo 230.000 papeletas de los populares. O si se quiere, a menos de un punto porcentual del PP (15,85% frente a 16,69%).
"Hoy Ciudadanos se erige como la esperanza y la ilusión del futuro de España", dijo un exultante Rivera ante centenares de simpatizantes. "La mala noticia es que Sánchez e Iglesias van a formar gobierno con los nacionalistas", aclaró a continuación.
Podemos y sus confluencias bajaron de los 71 escaños a los 42 de hoy domingo, aunque se quedaron con el consuelo de ser determinantes para que haya un Gobierno de izquierdas en el futuro. Las mareas gallegas, que iban por libre, se disolvieron como un azucarillo. Algo parecido a lo que le sucedió a Compromís, que llevaba candidatura propia y de tener 4 escaños en el anterior Congreso se quedan ahora con una sola acta, la de Joan Baldoví.
"Nos hubiera gustado un resultado mejor, pero somos una fuerza política imprescindible para que haya un gobierno de izquierdas en España", afirmó Iglesias desde su cuartel general. El candidato del partido morado hizo hincapié en que estas elecciones han demostrado que "quien no entiende que España es plurinacional es que sencillamente no entiende España".
El independentismo, cinco más
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) fue, tras el PSOE, el otro vencedor de los comicios generales al ganar por primera vez unas elecciones generales en Cataluña con 15 diputados, seguido del PSC (12), ECP-Guanyem (7), Junts per Catalunya (JxCAT, 7), Ciudadanos (5), Partido Popular (1) y Vox (1).
El independentismo aumentó su representación en el Congreso al sumar 22 diputados con ERC y JxCAT, cinco más que en 2016, cuando se quedó en 17 escaños. Pero el que hará valer su peso en la Cámara baja serán los republicanos.
A lo largo de la jornada electoral fue significativo el crecimiento de la participación en Cataluña, donde votó el 77,58% de los electores, un aumento de más de 15 puntos con respecto a los comicios de hace tres años. En el caso de ERC, sus buenos números son determinantes para que el PSOE y Podemos busquen con ellos la formación del próximo Gobierno. No será tarea fácil.
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