La convocatoria de elecciones generales el 28 de abril, las terceras que va a celebrar España en tres años, suponen otra nueva vuelta de tuerca en la convulsión que vive el tablero político desde el fin del bipartidismo y suscita una duda: ¿Servirá para que acabe la inestabilidad o el resultado que arrojen las urnas hará más imposible la gobernabilidad e iremos a segundas o terceras elecciones?
Que la campaña electoral empiece el mismo día -12 de abril- que las vacaciones escolares de Semana Santa suena a desmovilización porque los españoles estarán de viaje. A quien beneficie o perjudique la participación en los comicios es un misterio pero, de entrada, sí hay una cosa clara: la izquierda de PSOE y Podemos necesita reaccionar por la base social de PP, Ciudadanos y Vox está muy movilizada contra Pedro Sánchez, como se vio el pasado domingo en Madrid.
De hecho, el presidente del Gobierno habló en su anuncio electoral varias veces de "la foto de la plaza Colón", señal de que le preocupa ser asociado a la cesión al independentismo de ERC y PDeCAT, que es justo lo que hizo Pablo Casado nada más conocer la llamada a las urnas que lleva meses pidiendo: "Las urnas decidirán entre Torra y el 155".
Sánchez necesita ser primero en la noche electoral del 28 de abril para, si el 'tripartito' no puede echarle de La Moncloa, esperar sentado como Rajoy en 2015 a que el bloqueo se resuelva... o repetir elecciones
Sánchez sabe que los sondeos no le dan para volver a formar gobierno con Podemos y el independentismo, sus socios en la moción de censura que desalojó de la Moncloa a Mariano Rajoy, y también que su única bala pasa por romper el tripartito PP/Ciudadanos/Vox para luego intentar con Albert Rivera algún tipo de acuerdo en las Cortes, dentro de uno más amplio que incluiría la reelección de barones socialistas.
Pero para eso es condición sine qua non no solo ser primero en la noche electoral del 28-A, sino sacarle ventaja sustancial al PP, algo que las encuestas le garantizan ahora mismo. Conservaría así la iniciativa de formar gobierno cuando el Rey llame a consultas a los partidos, y lo suyo vendría a ser una especie de reedición del Rajoy de la época del bloqueo entre las elecciones del 20 de diciembre de 2015 y la repetición, el 26 de junio de 2016: sentado en la Moncloa. Eso... o repetir elecciones.
"Espero que nos sigamos viendo"
De hecho, Pedro Sánchez se despidió este viernes en la rueda de prensa con un retador: "Gracias a todos y espero que nos sigamos viendo mucho tiempo", presentándose como resorte de toda la izquierda contra la derecha: "Cuando la derecha se manifestó en Colón, no lo hizo en contra del independentismo en Cataluña, sino que decía aquello de que quiere echar a Sánchez". Su derrota presupuestaria, los errores de nueve meses de gobierno, son pasado; ahora es tiempo electoral.
Tiempo de ir a por quienes se los han tumbado, por un lado, PP y Ciudadanos, y por otro, los independentistas del PDecAT, les ha advertido en tono épico: "hay derrotas parlamentarias que son victorias sociales y la ciudadanía ha visto cuál es la hoja de ruta de este Gobierno".
Su relato es que ha tratado por todos los medios agotar su legislatura, pero el final del diálogo con los secesionistas y el inicio del juicio del 'procés' han terminado por convencer al presidente de que su tiempo, estirado desde la moción de censura de junio, se ha terminado. "Entre no hacer nada", seguir con el presupuesto prorrogado de Mariano Rajoy y "dar la palabra a los españoles", prefiere lo segundo.
La revalorización de las #pensiones, la subida del SMI a 900 euros y el aumento del sueldo de los empleados públicos están garantizados. Este es el compromiso del Gobierno de #España y vamos a cumplirlo, con o sin presupuestos. pic.twitter.com/EbNzjF4E4E
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) February 15, 2019
Eso sí, quienes han impedido el presupuesto más social de los últimos años tendrán que explicar "por qué los parados mayores de 52 años no pueden cobrar subsidio si no hablamos de autoderminación", señalaba este viernes en La Moncloa.
Por otro, el inesperado crecimiento de Vox y el giro a la derecha de la política española pone en juego que la mayoría progresista firmada a fuego con podemos sirva para retener la Moncloa. En esta tesitura, Sánchez ha decidido plegar velas y lanzar al país a unas elecciones generales apenas cuatro semanas antes de las municipales, autonómicas y europeas. Y a activar el miedo a la derecha de Colón ha ido buena parte del mensaje presidencial:
"El debate es otro, defendemos una España inclusiva y ese es el debate. Queremos una España constitucional, orgullosa de sus derechos o que vive de la añoranza de un tiempo pasado que nunca llegará y que no tuvo que ser mejor, al contrario", ha insistido un Sánchez que ha advertido: "Yo siempre apostaré por el dialogo" frente a quienes plantean una España en la cual "solo caben ellos; nosotros planteamos un país en el que quepamos todos".
26M, 'segunda vuelta'
Lo cierto es que España mezclará esta Semana Santa las procesiones con los mitines, ya que la fecha elegida por el presidente hace coincidir de pleno la Semana Santa con la campaña electoral. Y, sin tiempo de descanso, solo deja dos semanas de margen entre el escrutinio de las generales y el pistoletazo de unas europeas, autonómicas y municipales que se convertirían, a buen seguro, en una segunda vuelta de las legislativas.
El presidente del Gobierno ha pedido a los españoles que le den una "nueva mayoría social", esta vez en votos, como la parlamentaria que le aupó a la Moncloa en la moción de censura a Rajoy hace nueve meses. De hecho, buena parte del relato que ha hecho es referida a esa etapa. "España sufría un gobierno mas pendiente de defenderse ante los tribunales, sumido en la parálisis legislativa", y su gobierno vino a cambiar eso y a aliviar las urgencias sociales de ocho años de crisis económica.
Pero los "intereses políticos" y a veces "personales" de una derecha que no ha sabido comportarse en el asunto catalán con la "lealtad" que él tuvo con Rajoy en el 155, son los causantes de que la legislatura no pueda seguir. Y tendrán que rendir cuentas el 28 de abril. "Tenemos tiempo", ha advertido en relación a la campaña electoral.
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