Tirón de orejas de la comunidad internacional a España por la crisis del coronavirus. Varias embajadas europeas han trasladado quejas al Ministerio de Asuntos Exteriores por autorizar las marchas del 8-M y la falta de medidas de contención para frenar la propagación de la enfermedad, según ha podido saber Vozpópuli de fuentes diplomáticas.
Las embajadas han hecho constar su malestar con el Gobierno español por los cauces reservados para este tipo de casos. Las manifestaciones del 8-M han causado una enorme perplejidad en las legaciones europeas en nuestro país. Y especialmente en países como Italia, Francia o Alemania, que no dan crédito a la presencia de miembros del Ejecutivo en las protestas.
Incredulidad en Europa por el 8-M
Nuestros socios europeos no comprenden cómo se permitió que centenares de miles de personas salieran a las calles en todas las grandes ciudades del país ante un escenario de contagio descontrolado del coronavirus. Las quejas han ido más lejos. Las embajadas han solicitado al Ministerio de Asuntos Exteriores medidas más concretas de contención por el temor a que el coronavirus desborde la frontera española.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abordará la crisis sanitaria en un Consejo Europeo extraordinario que se celebra por videoconferencia en la tarde de este martes. La Unión Europea estudia un paquete medidas similares al que adoptó China hace unos meses, y que supondría paralizar prácticamente la actividad en el seno de la UE durante tres semanas.
Además, el Gobierno prepara un plan de choque para frenar el avance de la enfermedad en el Consejo de Ministros. Hay más de 1.200 casos confirmados y 28 víctimas mortales en España. Las perspectivas son pesimistas para los próximos días.
Sánchez y el Gobierno de coalición PSOE-Podemos enfrentan las primeras críticas de la oposición por su inacción durante estos días. Los profesionales sanitarios, tal y como ha informado este diario, han denunciado que el Gobierno perdió dos semanas desde el inicio del brote en Italia.
Cierre de colegios en Madrid
No se establecieron protocolos en los centros sanitarios, ni tampoco se adoptaron medidas restrictivas, a pesar de las recomendaciones y del ejemplo italiano. El Gobierno temió una reacción negativa de la opinión pública por la impopularidad de algunos escenarios.
Sanidad pensó en cancelar las rutas áreas con Italia. No lo hizo. También pudo haber suspendido concentraciones públicas. Y tampoco se atrevió a prohibir la entrada a partidos de fútbol y obras de teatro, entre otros eventos culturales.
Las comunidades autónomas con mayor número de casos -País Vasco y Madrid- han empezado a adoptar sus propias decisiones al margen del Gobierno central. Los dos territorios han decretado el cierre de escuelas, institutos y universidades durante al menos 15 días. Y no se descarta que estas prohibiciones se extiendan a otras regiones.
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