Política

El núcleo duro de Moncloa ya desconfía de Sánchez: "No sabemos si conocía la imputación a Begoña"

El entorno del presidente explica que en caso de que hubiera sabido la situación judicial de su mujer antes de redactar la carta, no podía haberlo dicho por ser una causa secreta

Pedro Sánchez junto a su esposa Begoña Gómez
Pedro Sánchez junto a su esposa Begoña Gómez. EP

Nunca antes un presidente del Gobierno estuvo tan acorralado por un escándalo protagonizado por su mujer. Han pasado ya tres meses desde que saltó la primera noticia sobre las actividades empresariales de Begoña Gómez. Aquella información dio cuenta de su reunión con Víctor de Aldama, el comisionista del Ministerio de Transportes en la trama del caso Koldo, y el empresario Javier Hidalgo, el exCEO de Globalia, la empresa rescata por Moncloa durante lo peor la pandemia.

Y desde entonces cada vez hay más nubarrones en el cielo del jefe del Ejecutivo. Hasta el punto de que el núcleo duro de Pedro Sánchez, al que tuvo completamente al margen en la crisis de abril, ya recela de él. Las fuentes consultadas en su equipo más estrecho ya no salen en su defensa férrea y reconocen que no saben si el presidente era conocedor o no de la condición de imputada de su esposa antes de que redactara la carta en la que fingió un amago de dimisión y envió la política del país al congelador durante cinco días. "Yo no sé si el presidente lo sabía o no"; "Desconozco si el presidente sabía de la situación de su mujer", explican. Además, estas fuentes aclaran que en caso de que hubiera sabido la situación judicial de su mujer antes de redactar la carta, no podía haberlo dicho por estar entonces la causa bajo secreto de sumario.

El 24 de abril, cuando se supo la apertura de diligencias por parte del juzgado de instrucción número 41 de Madrid contra la mujer del presidente por supuestos delitos de corrupción en los negocios y tráfico de influencias, Pedro Sánchez dirigió una misiva a los españoles en la que se victimizó de una persecución contra él y su entorno. Pero ya se sabe que Begoña Gómez sabía su situación desde dos días antes, el 22 de abril. De manera que todo indica que el jefe del Ejecutivo era conocedor de las acusaciones a su esposa antes de lo que dio a entender a la opinión pública.

El presidente del Gobierno ha perdido el control de la situación. En su equipo reconocen que el caso de Begoña Gómez tendrá un impacto en las expectativas electorales del PSOE en los comicios europeos, aunque no se mojan en el alcance. "No sé cómo afectará", explica una estrecha colaborada suya. Es más, en el equipo del presidente dan por sentado que este acudirá a comparecer en la comisión parlamentaria del Senado que sigue los pasos de la trama Koldo. Aunque el PP dejó en el aire este miércoles la citación al presidente del Gobierno. En Génova sopesan los pros y los contras de dar a Pedro Sánchez un espacio que puede aprovechar para crecer y movilizar a los suyos, como ocurrió durante su periplo el pasado verano en espacios televisivos e informativos críticos con él.

Pero esta vez es diferente. Moncloa sigue vendiendo que "no hay caso" Begoña Gómez, aunque la falta de explicaciones del presidente es cada día más sonrojante. Pedro Sánchez calló este miércoles en la sesión de control ante el ataque sin cuartel del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Y en su equipo se hacen los despistados. La situación del matrimonio que habita en Moncloa ha puesto al PSOE en alerta y en tensión. El grupo parlamentario vive apesadumbrado, molesto e inquieto ante la posibilidad real de que la legislatura termine saltando por los aires por el devenir de una causa judicial de incierto recorrido. En Ferraz aún sigue sin verse un futuro sin Sánchez, pero es probable que la fe en el líder ya esté flaqueando.

Por el momento los esfuerzos de la Fiscalía por frenar el caso están resultado infructuosos. Y los hechos, indicativos: el Ministerio Fiscal pidió al juez el archivo de esta investigación sólo un día después de que Sánchez amagase con su dimisión y el juez que investiga la denuncia contra Begoña se queja de las "inusuales" visitas del fiscal al juzgado. Por si fuera poco, la Audiencia Provincial de Madrid avaló este miércoles la investigación tras desestimar el recurso de la Fiscalía, que se opuso a la apertura de diligencias.

El propio ministro de Justicia, Félix Bolaños, pese a mostrar su "respeto por todas las resoluciones judiciales" mandó un mensaje controvertido dado su cargo: ¿Qué hacen el Partido Popular y Vox en este momento como dos partidos ultraderechistas que son abrazados en su estrategia? Pues intentar cuestionar y poner en duda el trabajo de la Fiscalía, de la Guardia Civil, de todos los que están con la verdad, diciendo que no hay nada de nada. Y por tanto este asunto, pues cuanto antes se archive mejor".

Es cierto que la UCO de la Guardia Civil, en un informe aún muy preliminar, no aprecia de momento indicios de tráfico de influencias en Begoña Gómez. Pero el golpe para Sánchez es fuerte, ya que la mera condición de investigada de su mujer dinamita su estrategia tras afirmar públicamente en el Congreso que se trata de una profesional "honesta". El problema es que la credibilidad del presidente está más entredicho que nunca. El relato de los hechos que se sucedieron tras su carta es contradictorio. Y es razonable sostener que el presidente no se ocultó durante cinco días en la Moncloa para aclarar si le merecía la pena seguir adelante. Más bien parece la estratagema de una persona capaz de arrastrar a su familia a una situación de máxima tensión.

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