Pablo Casado se reunirá en las próximas horas con Soraya Sáenz de Santamaría para intentar integrar a algunas personas de su equipo. El nuevo presidente dejó abierta la lista de la ejecutiva para 'hacerle hueco' a quienes disponga la cabeza de la lista rival, derrotada por una diferencia de 450 votos. "No ha ganado nadie, ha ganado el PP", insistía Casado ante los tres mil compromisarios tras alzarse con la victoria.
Será una negociación complicada, aunque ya hay nombres de Santamaría que tendrían fácil encaje en el equipo rector de Génova. Fátima Báñez, que sería la secretaria general del partido en el caso de un triunfo de la exvicepresidenta, no despierta animadversiones especiales. Más difícil sería asumir a gente como Alfonso Alonso, Javier Arenas o el propio José Luís Ayllón, por distintas razones, pero que incurrieron en determinados excesos a lo largo de la campaña. Esperanza Oña, alcaldesa de Fuengirola, tampoco apoyaría la integración de Celia Villalobos, que tachó de 'extrema derecha' al jefe de filas de la plataforma ganadora.
"Casado va a negociar con sangre fría intentando recomponer las heridas que ha podido causar estas primarias", dicen en su equipo, donde dan por descontado que Santamaría se mostrará complaciente en esta negociación. "Ahora le toca hacer de buena, 'en positivo', pero seguro que en cuanto pueda nos hará algunas de las suyas", señalan en fuentes del 'pablismo', donde no dudan de que quien fuera mano derecha de Mariano Rajoy en Moncloa tiene algunas cuentas pendientes contra el nuevo jefe de los populares.
Silencio sobre sus planes
No ha desvelado Santamaría sus intenciones, aunque en su entorno se da por hecho que, una vez consumada esta transición, deje la política y se oriente hacia la vida privada. "Siempre seré del PP, toda mi vida, soy la Soraya del PP", dijo en su discurso de presentación como candidata. Y sacó el abanico con los colores de la bandera. El partido, sin embargo, nunca la ha considerado "uno de los nuestros", pese a que ella utilizara esta frase.
Casado no tendría inconveniente en ofrecerle la candidatura a la alcaldía de Madrid, de acuerdo con las mencionadas fuentes. Una mujer joven, que conoce a fondo la administración, sería una excelente rival para recuperar el bastión simbólico de los populares. Bajarse al barro, recorrer las calles, pelear por los barrios, jugarse el nombre a la cabeza de una lista no es algo que haya ocupado espacio en su pasado. "Quizá quiera ahora empezar", dicen en el PP madrileño, donde no hay candidato claro para este desafío.
El cuartel general de Casado elabora ya el calendario de la nueva época. Lo primero, la integración, reconstruir el partido y cerrar las heridas. Hay sedes provinciales o regionales donde la disputa electoral alcanzó situaciones de enorme intensidad. "Incluso algunos compañeros dejaron de hablarse", apuntan. La siguiente fase será abordar las municipales y autonómicas. para ello es imprescindible recomponer el armazón ideológico del PP, presentar batalla a la izquierda y los populismos. "Los separatistas se han puesto muy nerviosos. Aquí hemos elegido a un presidente mediante el voto de los afiliados. Ellos acaban de descabezar a la líder del PDeCat mediante el dedazo implacable de Puigdemont", comentan.
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