ERC impulsa privadamente la creación de un 'gabinete de crisis' del secesionismo con un sólo tema en su agenda: designar candidato y formar Govern. Sólo el partido de Junqueras parece tener prisa por abandonar el actual impasse, que cumple ya cinco meses. "Confío en que en los próximos días podamos tener una propuesta", urge Pere Aragonés, el hombre fuerte de ERC en ausencia de Oriol Junqueras, en prisión, y Marta Rovira, fugada y desaparecida
La cúpula de JxCat se quedó catatónica tras la detención de Carles Puigdemont en Alemania. No se lo esperaban. Tenían fe ciega en que la 'astucia' del expresidente le permitiría jugar al ratón y al gato con la Justicia y con las fuerzas de Seguridad españolas durante meses y meses. Llarena movió ficha y la policía y el CNI redondearon la jugada. "No claudicaré", aseguró en un tuit rebosante de temores e incertidumbres. Puigdemont se teme lo peor. Sus defensas le intentan transmitir optimismo. No lo logran.
Rebrota la agitación callejera
Superadas las vacaciones de Semana Santa, este martes quizás se conozca algún detalle o decisión sobre el destino judicial de Puigdemont. Mientras tanto, en el frente independentista nada se mueve. Están paralizados, despistados y horrorizados. Tan sólo se mueven los vándalos de la CUP y sus satélites, los comités de defensa de la república, que han invertido algunas horas de Semana Santa en hostigar al juez Llarena, a su familia, a los constitucionalistas y a quien no comulga con sus órdenes.
La política está paralizada, sin visos de avanzar. La 'república' está en manos de los radicales. No ya sólo en el Parlament, con sus cuatro escaños decisivos, sino en las calles. Ahora se entra en la fase de las movilizaciones y los tumultos.
El criterio general es que hay que olvidarse de Puigdemont. Artur Mas remachaba el clavo este domingo: "Intentar investirle acarreará la apertura de más procesos contra más gente". Una puñalada al expresidente ahora detenido. Oficialmente, no hay nombres de candidatos sobre la mesa. Tan sólo quinielas y algunos intentos, todos fallidos. Sin fórmulas, ni plazos, ni amago de investidura, el panorama se oxida. El "frente de unidad" propuesto por Roger Torrent, presidente de la Cámara, no ha empezado a caminar. Se trata de un paso simbólico, un gesto para tranquilizar a las bases ante las últimas detenciones. "Pura escenificación del victimismo, otra más", dicen fuentes del PP. No es el germen de nada. Ni de un futuro gobierno ni de una plataforma electoral.
Hacer el ridículo
El 'gabinete de crisis' del que hablan los republicanos, inspirado según dicen por Oriol Junqueras, es más pragmático. Se trata de sentarse a la mesa gente del JxCat y de ERC y no levantarse hasta que se despeje el horizonte. Una especie de conjura para salir del 155 y dejar de "hacer el ridículo" según esta fuente. No entrarían ni la CUP, que ya anunció su 'paso a la oposición', ni las 'entidades' de agitación, es decir, ANC y Ómnium.
"Queremos algo serio, sin ruido ni politiquería, ni filtraciones, ni TV3". Estarían por parte de ERC tanto el propio Aragonés como Sergi Sabrià, el portavoz de su bancada. Por parte de JxCat no hay nombres. "Tienen grandes líos internos. Lo normal es que acudieran Eduard Pujol y Elsa Artadi, que están al frente del grupo, pero no se aclaran. Se pasan el tiempo mirando a Puigdemont, hipnotizados", desvelan en las filas secesionistas. Sabrià declaraba este domingo que es preciso formar gobierno 'antes del día de Sant Jordi', es decir, antes del 23 de abril. Y añadía: "Cada día que pasa, la espada del 155 se va clavando un poco más".
El objetivo es despejar el horizonte de un retorno a las urnas, algo que no quieren ni los neoconvergentes ni los republicanos. A la CUP quizás le vendría bien. En este clima de crispación por las últimas detenciones, unos comicios se encajarían del separatismo más extremo, según comentan. Todo esta por hacer. Y sigue corriendo el reloj. El 22 de mayo se acaba el plazo.
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