Mala tempora currunt, decían los latinos para afirmar que se acercan tiempos oscuros y que posiblemente empeorarán. Esa expresión refleja bien lo que está pasando en Más País, el partido que Íñigo Errejón levantó con la intención de fagocitar a Podemos, y que acabó con tres diputados (uno de ellos de Compromís) frente a los 35 de los morados. Ahora, el descalabro electoral puede pasar factura al liderazgo de Errejón. Cuadros y políticos de Más Madrid, la matriz madrileña de Más País, explican que “Íñigo está gestionando mal la fase poselectoral” y empiezan a repetir la palabra “refundación”.
El término recurrente en la crítica a Errejón es “egoísmo”. Según las fuentes consultadas, el líder de Más País está dejando de lado el trabajo para intentar que la formación tenga más visibilidad, para concentrarse en su figura. “Está preparando el terreno para su futuro de tertuliano”, ironizan algunos, que ven en la “desconexión” del líder de su partido el comienzo de una implosión de liderazgo.
Traición de Carmena y del PSOE
Vozpópuli ya adelantó el cansancio físico de Errejón después del 10 de noviembre. Así como desveló que la relación con Manuela Carmena había empeorado desde el pasado verano. El guiño de Carmena a Irene Montero en el cierre de la campaña electoral persiste en el recuerdo de los errejonistas como la evidencia de una traición, que ahora suma otro actor: el PSOE.
Errejón nunca pensó que quedaría con tan pocos escaños. Y de ahí que algunos en su partido sostienen que “se ha dado cuenta de haber sido impulsado por el PSOE con expectativas electorales falsas”. En definitiva, de haber sido estafado.
“Íñigo se ha creído que ese era su momento, que le tocaba ser el tipo sensato… y después de la hostia que se ha dado no asume las consecuencias”, recalcan desde Más País. En opinión de algunos dirigentes, ahora tocaría hablar de algo parecido a una refundación, en la que se ponga cuanto antes en discusión el propio liderazgo de Errejón.
Debate sobre el modelo de partido
Carmena y Errejón, ahora alejados, tuvieron otra confrontación sobre el modelo político que debía tener Más País. Para la exregidora de Madrid debía persistir la idea horizontal de plataforma, es decir, una formación en la que cada decisión se toma por consenso. Errejón, en cambio, apostó por el partido clásico, con su debate interno, pero con una toma de decisión vertical o casi vertical.
Ahora, sin embargo, según varias fuentes, el debate organizativo ha sido congelado y la formación ha entrado en una especie de sálvese quien pueda. Como en un barco que se hunde, el líder de Más País ha amagado con dejarlo todo. Se habló de una posible vuelta a la universidad, mientras que otros apuntan a un trabajo en los medios de comunicación.
Aunque el propio Errejón, añaden otras fuentes, habría afirmado que su compromiso político es el trabajo del Congreso. Una decisión que, sin embargo, revela según sus críticos una “elección egoísta”: “Solo le interesa su futuro, cobrar durante cuatro años y al resto que les den”.
Como Iglesias, pero peor
La paradoja para algunos es que la actitud de Errejón coincide con el peor lado de Pablo Iglesias. “Los dos piensan solo en ellos mismos, con la diferencia de que Iglesias ha ganado, aun haciendo errores, y Errejón ha perdido”, comentan.
La desesperación interna se percibe con facilidad en Más País. También se detecta la voluntad de que Errejón asuma su responsabilidad por los errores de una campaña sin mordiente, marcada por expectativas infladas, que ahora pueden costar el futuro político de muchos cuadros que se pasaron de Podemos a Más País: “Todo estaba inflado por el PSOE y se lo ha creído”, reprochan.
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