Política

La escalada violenta en Cataluña destroza los cálculos de Sánchez

Crece la sensación de que la situación está fuera de control y que la Policía y los Mossos están desbordados. La batalla campal que se ha vivido en Barcelona complica la posición del Gobierno, cada vez más presionado para tomar medidas excepcionales 

La escalada violenta en Cataluña ha destrozado los cálculos del Gobierno, que este martes cruzaba los dedos para que la tensión crezca todavía más. La batalla campal que se ha vivido en la noche de ayer en Barcelona anuncia jornadas muy complicadas, que ponen al presidente Pedro Sánchez en la tesitura de adoptar medidas excepcionales a menos de un mes de las elecciones generales del 10-N.

Las protestas contra la sentencia a los líderes del proceso separatista han derivado en disturbios extremadamente violentos. Barricadas, incendios en las calles, más carreteras cortadas en toda la comunidad y nuevas cargas policiales han convertido Barcelona en una ciudad sin ley. Y crece la sensación de que la situación está fuera de control y que la Policía y los Mossos están desbordados.

El Gobierno se ha visto forzado a emitir un comunicado a última hora de la noche. No se ha anunciado ninguna medida específica a pesar de la gravedad de los disturbios. Moncloa ha constatado la "violencia generalizada en todas las protestas" y ha asegurado que intervendrá "si es preciso" para garantizar la convivencia y la seguridad en Cataluña.

Escalada violenta

Al mismo tiempo ha valorado "de manera muy positiva" la actuación de los Mossos y su coordinación con la Policía Nacional. Es decir, el Gobierno no parece advertir motivos para tomar el control de los Mossos y las competencias de orden público, como el propio Sánchez sugería hace sólo unos días. 

Horas antes, la vicepresidenta Carmen Calvo ha llegado a decir que la respuesta a la sentencia ha sido "razonable". "La mayoría de los catalanes tuvo ayer un día normal", ha dicho Calvo en referencia a lo ocurrido el lunes en Prat.

Los graves altercados del martes entorno a las delegaciones del Gobierno en diversas capitales catalanas han mostrado el cariz cada vez más violento de las movilizaciones. Y a partir del miércoles comienzas las marchas de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) por toda Cataluña.

Diversos colectivos siguen además convocando protestas de todo tipo. Y el Gobierno de la Generalitat se dedica a agradecer a los manifestantes su actitud "pacífica".

Según fuentes consultadas por Vozpópuli, Moncloa cruzaba los dedos este martes confiando en que lo peor hubiera pasado. No parece el caso. Y Sánchez va a sufrir cada vez más de partidos como PP y Ciudadanos, que piden una respuesta a lo que está ocurriendo en las calles de Cataluña. Sin olvidar que partidos como Vox ya piden abiertamente la declaración del estado de excepción.

La Ley de Seguridad Nacional o el 155 son otras opciones defendidas por Pablo Casado y Albert Rivera. Todas traumáticas en estas semanas previas a la cita con las urnas.

Sánchez: "Respuesta proporcional"

En su declaración institucional del lunes, Sánchez dijo que el Gobierno responderá con todos los instrumentos a su alcance ante un escenario de desobediencia, pero aseguró que se actuará con "proporcionalidad". El Gobierno ha vuelto a reiterar ese criterio en su comunicado.

La realidad es que hay una preocupación lógica en Moncloa. Nadie quiere que las algaradas se vayan de madre o se produzca alguna desgracia que inflame todavía más los ánimos. 

Sánchez se enfrenta a una disyuntiva compleja a menos de un mes de las elecciones. Ciudadanos y PP exigen una respuesta a lo que está ocurriendo en Cataluña. No es sólo el desafío separatista, ahora es también una cuestión de seguridad

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