El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido reforzar la presencia de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) en la residencia del embajador español en Venezuela, Jesús Silva, tras las amenazas que vertió en la noche del jueves el ministro de Asuntos Exteriores de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza, en la Cadena Ser cuando afirmó que “el Gobierno español debe cumplir con las leyes venezolanas” y entregar al opositor después del requerimiento del Supremo venezolano.
El jefe de la diplomacia venezolana insistió en que España debía atender la petición judicial ya que la residencia española se encuentra en “territorio venezolano”, aunque a renglón seguido admitió que su país respetaba “la protección de las sedes consulares”.
España mantiene el dispositivo de seguridad que estableció hace tres meses en sus sedes diplomáticas en Venezuela y en el que están implicados una docena de miembros de los GEO y varios agentes de la Policía Nacional destinados de forma permanente en el país sudamericano, según confirmaron fuentes gubernamentales a Vozpópuli.
Dos equipos de geos
El Ejecutivo envió a finales de enero un primer equipo de GEO a Caracas, formado por seis policías especializados, para proteger la cancillería ante el inminente reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela y el temor de que Nicolás Maduro rompiese relaciones diplomáticas con España, algo que finalmente no ocurrió. Al cabo de unos días, llegó un segundo equipo para reforzar dicho dispositivo.
Desde entonces, España mantiene las mismas precauciones de seguridad en sus sedes diplomáticas en Venezuela. Eso incluye a la residencia del embajador, en la que se ha acogido en calidad de huéspedes al opositor Leopoldo López, su esposa Lilian Tintori y la hija menor de ambos, Federica. A raíz de ello, se ha intensificado la vigilancia en torno a la vivienda oficial, según las citadas fuentes.
El ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell, subrayó ayer que Leopoldo López tuvo el día anterior encuentros con la prensa en la embajada, pero recalcó que "a partir de ahora esto será regulado". El ministro puntualizó que, en función al derecho internacional, la figura de "huésped o acogido" en la embajada "naturalmente" implica una limitación en su actividad política. "Tenemos la confianza de que, en estas condiciones, Venezuela va a respetar naturalmente la inmunidad del territorio de la embajada de España", agregó Borrell.
Una residencia con piscina
La residencia del embajador Silva en Caracas se encuentra en el barrio del Chacao. Es una ‘villa’ o chalé de color blanco con un jardín muy frondoso en la parte trasera en el que destacan “sus árboles centenarios y las flores tropicales”, según recuerda a Vozpópuli el exministro Miguel Ángel Moratinos, quien durmió una vez en ese lugar cuando estaba al frente de Exteriores.
“Una residencia, no de las más ostentosas, pero sí muy representativa y muy agradable para vivir”, resume Moratinos. La vivienda cuenta con un arco de entrada para los coches y una zona de recepción en la planta baja para los invitados en la que destaca un amplio salón. A un lado de esa planta baja se encuentra el garaje y la zona de servicio con la cocina y el almacén.
Luego está la planta de arriba, que es la zona privada del embajador y su familia y que cuenta con cuatro habitaciones con baño propio. Una de ellas es la que ahora ocupan el matrimonio López-Tintori con su hija de corta edad.
La habitación del embajador dispone de un balcón que da a la parte de atrás de la residencia, mientras que la zona ajardinada sirve para acoger a los invitados en las recepciones oficiales y en la que destaca una piscina para disfrute de embajador y su familia.
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