El Gobierno de Mariano Rajoy ha sufrido este jueves el primer gran varapalo de la legislatura, al ver derogado el decreto ley que liberalizaba el sector de la estiba. Lo curioso es que este golpe parlamentario se ha producido con la participación de los dos socios de investidura del PP, de Ciudadanos y de Coalición Canaria. El movimiento de Albert Rivera ha molestado especialmente al Gobierno porque el miércoles Ciudadanos le garantizó en varias ocasiones al PP que le votaría a favor del decreto de la estiba a cambio de una serie de condiciones que el Ministerio de Fomento acabó aceptando.
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