El comisario jubilado José Manuel Villarejo, que compaginaba de forma presuntamente ilegal su trabajo como supuesto agente encubierto con sus negocios privados, eludió denunciar a un cliente sobre el que descubrió que llegó a tener un millón de euros en Suiza, según consta en una conversación entre el exagente, su principal socio, Rafael Redondo, y unos clientes, grabada el 13 de noviembre de 2013.
En la conversación, Villarejo informa a los socios del bufete de abogados Herrero y Asociados que el presidente de honor de su despacho había utilizado a la mafia china para traer el dinero a España: "Lo hace con la mafia. Entonces cogen y hacen la transferencia directamente de Suiza a China", asegura el principal socio del excomisario, Rafael Redondo, a quién completa Villarejo: "Aquí [España] está la pasta. Aquí le pagan en efectivo de los polígonos".
Villarejo y el principal socio de éste en su empresa Cenyt, Rafael Redondo, ofrecieron al bufete Herrero y Asociados "un servicio dirigido a solventar una situación de crisis" que incluía "la obtención, de forma ilegal, de informaciones y datos de carácter reservado"
Esta forma de blanquear el dinero se denomina "método de compensación", ya que en ningún momento las partes implicadas transfieren el dinero entre los diferentes países, sino que simplemente se lo intercambian mediante acuerdos privados.
"Paco es de los nuestros"
Sin embargo, Villarejo no denunció los hechos, ya que la persona implicada en la operación de lavado de dinero entre China, Suiza y España era su cliente: "Pero como Paco es de los nuestros. Aquí no hay más que hablar de ese tema".
Sin embargo, en la conversación uno de los interlocutores, Álvaro Martínez, llega a reconocer que "Paco" había traído el dinero, poco a poco, y siguiendo sus consejos: "Llegamos a un momento que dije yo: esto se tiene que acabar porque nos van a pillar. Y nos van a pillar y tenemos más que perder que ganar. Y eso fue en enero de 2006", dijo entonces Álvaro Martínez, que completó: "Desde entonces Paco lo fue trayendo".
Villarejo y el principal socio de éste en su empresa Cenyt, Rafael Redondo, ofrecieron al bufete Herrero y Asociados "un servicio dirigido a solventar una situación de crisis" que, según un informe de Asuntos Internos de la Policía, incluía "la obtención, de forma ilegal, de informaciones y datos de carácter reservado" del despacho de abogados Balder.
Movimientos bancarios
Entre estos datos reservados Villarejo tuvo acceso a tráfico de llamadas, movimientos bancarios, información tributaria y de seguridad social relativos al bufete Balder IP Law, cuyos propietarios habían abandonado Herrero y Asociados.
Para obtener estos datos Villarejo dispone de la ayuda de varios colaboradores, entre los que destacan el también comisario jubilado Enrique García Castaño y Antonio Bonilla, ambos imputados en la pieza separada del caso Tándem denominado Iron. Y estos colaboradores tenían acceso directo, según la Policía, a cuentas bancarias, información de la Seguridad Social, modelo 347 de la Agencia Tributaria y al tráfico de llamadas telefónicas.
"Al camión"
En la conversación, Villarejo reconoce que es comisario de la Policía, al mismo tiempo que traslada a sus clientes, según indica un informe de Asuntos Internos, que dispone de la capacidad de trasladar información de interés policial a unidades operativas del Cuerpo Nacional de Policía.
Sin embargo, Villarejo no informa a la Policía esos hechos: "Ha tenido suerte, las investigaciones policiales son eso. Llega un tío a esta habitación y saca una foto y se va. Y si uno se va al baño, no sale. Y hay otro que en ese momento llega a preguntar por los lápices, al camión", concluye el excomisario, provocando las risas de todos los presentes en la conversación.
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