La exconsejera de Enseñanza de la Generalitat Clara Ponsatí, huida en Escocia, ha criticado este lunes al PDeCAT y a ERC porque considera que "están muy ocupados en mantener sus posiciones y en dar una batalla por sus espacios, sus fronteras, y sus nóminas".
En una entrevista de Eldiario.es recogida por Europa Press, ha lamentado que los partidos independentistas "no comparten estrategia y a veces ni objetivos", por lo que apuesta por las iniciativas que abandonen esta división, como las primarias unitarias del independentismo que propone el filósofo Jordi Graupera para las elecciones municipales.
Ponsatí ha destacado que en el movimiento social del independentismo no hay problemas de unidad, pero que "no tiene traducción institucional" por las divisiones entre los partidos.
"A nivel de bases es otra cosa, es un movimiento muy transversal, donde no hay una ideología definida, y por eso no tiene problemas de unidad. Pero el 1 de octubre, el movimiento de bases generado entonces, no tiene traducción institucional", ha recriminado.
"Jugamos mal la batalla tras el 1-O"
La exconsejera ha reconocido que el Govern no supo actuar después del referéndum del 1-O: "Evidentemente el independentismo no está derrotado como independentismo, pero la batalla de después del 1 de octubre la jugamos mal y la perdimos".
"Pienso que no jugamos bien las cartas que teníamos en el momento en que el mundo nos miraba atento y con simpatía, que fueron los días 1 y 2 de octubre", ha admitido, y ha asegurado que, después de no haber sabido aprovechar ese momento, el Govern debería haber convocado elecciones y asumir las responsabilidades.
Por eso, considera que el independentismo sufrió "una derrota", aunque cree que las elecciones del 21 de diciembre supusieron una gran victoria.
Defiende la investidura de Puigdemont
Ponsatí ha defendido que el Parlamento catalán debería haber investido a Carles Puigdemont, pese a las consecuencias que podría haber tenido: "En el momento en que se paraliza la reelección del presidente Puigdemont ya no hay nada que hacer, la ola llega hasta aquel día. A partir de aquí, efectivamente, hay que volver a empezar".
Cree que esta investidura se debería haber hecho pese a las consecuencias penales que podrían haber recibido los miembros de la Mesa de la Cámara, ya que "cuanta más gente haya en el exilio mejor" porque tendrían más visibilidad.
Ha explicado que decidió renunciar a volver a ser consejera cuando vio que no se investiría a Puigdemont y ha afirmado que "toda la historia de la restitución de consellers, con todo el respeto, ha tenido momentos cercanos a la caricatura".
En este debate de restituir a los consejeros cesados por el 155 veía deseos personales e intereses partidistas, y ella prefirió no participar: "Hay un límite del ridículo que yo puedo hacer por Cataluña".
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