Política

Un exmando de la Policía que se pasó a los Mossos respalda a Trapero

Comisario de la policía autonómica en el 1-O niega haber recibido órdenes políticas para facilitar el referéndum y dice que el exmayor del Cuerpo no lo hubiese aceptado.

Un comisario de los Mossos d’Esquadra, ex inspector de la Policía Nacional, compareció este lunes en la decimotercera semana del juicio del procés que se sigue en el Tribunal Supremo. Este mando refrendó en su testimonio la tesis del exmayor José Luis Trapero y el resto de los responsables policiales del cuerpo autonómico. “Le puedo decir que nunca recibimos una orden ni el señor Trapero la hubiese recibido, nos jugábamos la continuidad como cuerpo”, dijo.

Este testigo era comisario de la región policial central y su superior directo era Ferrán López, el número dos de Trapero cuando el 1-O. Su declaración fue solicitada por el letrado Javier Melero, el abogado del exconseller de Interior, Joaquim Forn. Su estrategia judicial pasa por demostrar que su cliente no influyó con sus ideas políticas en la actuación de los Mossos durante la consulta ilegal y aquellos días de otoño de 2017.

En ese sentido, el comisario relató que desde su departamento hicieron todo lo posible por cumplir con la orden del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de impedir el referéndum. Detalló que necesitaba 570 efectivos pero solo tenía 385 por lo que tuvo que solicitar refuerzos, también alquilar vehículos, anular permisos y recurrir a petos identificativos porque carecían de uniformes suficientes. Citó dos reuniones en las que les hicieron llegar a los mandos las pautas de actuación de aquel día así como el auto del TSJC.

"Ninguna orden paralela"

“No se dio ninguna orden paralela ni verbal”, añadió al tiempo que recordó que la orden judicial decía que “era un dispositivo de los tres cuerpos que tenían que prestarse apoyo mutuo”. Lo que les pidieron sus superiores fue “proporcionalidad, prudencia y oportunidad”. Con todo, dijo que en su zona lograron cerrar 15 colegios.

El fiscal Javier Zaragoza le hizo varias preguntas sobre el modo en el que cerraron esos colegios, pero antes se interesó por su condición de ex miembro del Cuerpo Nacional de Policía. “Soy inspector jefe de la Policía Nacional”, le matizó el testigo. El representante del Ministerio Público le dijo que, según consta en los informes elaborados sobre aquella fecha, en su demarcación policial se cerraron 18 colegios pero luego en las actas redactadas por los propios agentes se dice que en once de ellos no se detuvo la votación. “Eso no lo sé. No me las miré todas”, declaró.

“¿Se cerraron cuando ya no había gente?”, le preguntó el fiscal. “En el último había gente”, replicó el comisario. “¿Pero en los otros?”, insistió Zaragoza. El testigo contestó que las parejas de mossos desplegadas en los colegios cerraban cuando consideraban que era el momento más oportuno. Situó la últimas actuaciones entre las 19 y las 20 horas y admitió que en ninguno de los centros hubo que recurrir a la fuerza. “¿Tiene constancia de que las entradas se produjeron a última hora de la tarde cuando ya no había nadie?”, insistió Zaragoza. “No tengo constancia de eso”, zanjó el testigo.

La jornada 36 del juicio comenzó con una incidencia en el exterior del Tribunal Supremo cuando un grupo de tres personas se acercó al edificio para hacerse una foto con una estelada, la bandera independentista catalana. Los agentes de la Policía Nacional que integran en nutrido despliegue de seguridad procedieron a identificarles y el en tiempo que duró ese trámite les requisaron la bandera. 

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