Frente a los “ocho días de oro” de la corrupción del Gobierno, un “auténtico carrusel” con “desfile de imputados” -esta misma mañana Víctor de Aldama en el Tribunal Supremo-, Alberto Núñez Feijóo ha iniciado la semana con un Comité Ejecutivo Nacional en Madrid, donde ha congregado a los mandos de su formación. La descomposición frente a la unidad. En los primeros compases de su discurso, ha hecho alusión a la encuesta publicada este lunes por Vozpópuli: “Dibuja un PP al alza frente a un PSOE a la baja”. Y ha reclamado, una vez más, la convocatoria de elecciones generales: “Hay una España que espera ser consultada sobre todos los desmanes”.
Se cumplan sus anhelos electorales o no, el jefe de la oposición da por amortizado a Pedro Sánchez: “Hay una España que se revolverá contra un presidente cuyo entorno colecciona imputaciones a diario”. Y aunque en la Moncloa traten de desviar el foco con “los comodines” de “la ultraderecha”, los “bulos", o “Franco”, su diagnóstico se mantiene inalterado: “Pueden desenterrar a Franco cien veces y pueden actuar como nostálgicos del enfrentamiento entre españoles, pero eso no va a evitar que el resto queramos construir un porvenir juntos”.
“Que ellos vuelvan hacia la España con Franco, que la mayoría de españoles tenemos ya la mirada puesta en la España sin Sánchez”, ha sentenciado. Esa España, según ha esbozado, es “una España sin muros, sin mentiras, sin resignación, sin cesiones, sin egoísmos, sin narcisismos; una España con principios, con solidaridad, con igualdad, con libertad plena, con una política que sirve y con futuro”.
En el último CEN que celebra el PP en 2024, Feijóo -a modo de balance- ha denunciado el “completo desgobierno” de Sánchez, que se caracteriza por un “desacuerdo diario”, por la compra del poder “con la dignidad y el dinero de todos”, que “deambula a la espera de lo que mande Puigdemont, de lo que mande Junqueras y de lo que cante Aldama”, que ahora se dedica a “señalar” a los jueces y que ha pasado “del ansia de poder a toda costa al pánico a perderlo para protegerse”.
Si el Gobierno “no va a ninguna parte y no sirve ya para nada”, el líder popular ha dibujado un horizonte más que optimista: "Ellos, con su amargura de volver a los años cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta, ¡qué pereza dan!, y nosotros con los españoles de hoy trabajando también con los españoles del mañana”. Haciendo uso de una táctica habitual en sus arengas, contraponer una idea con otra, ha recalcado: “España necesita futuro y nosotros tenemos que garantizárselo. Ante su desesperación, esperanza; ante su decadencia, valores, y ante su pasado, futuro”.
"Minuto e imputado"
Sobre los recientes ataques del Gobierno al Poder Judicial, Feijóo ha compartido una tesis meditada: “Le he dado vueltas a esto, a ver si está anticipando la defensa ante nuevos problemas, a ver si el que tiene información es él”. Sea como sea, ha apostillado, “hay una manera muy simple de que la Justicia salga de la vida del Gobierno”. Esta es: “Que devuelvan lo que se han llevado y que dejen de malversas y automáticamente la Justicia desaparecerá de la vida del Gobierno”.
En un diciembre que ya es “minuto e imputado”, Feijóo anticipado lo que está por venir esta semana: “Si no es una votación perdida, será la amenaza de un socio, si no la amenaza de un socio, una incompetencia manifiesta, si no es una imputación, y si no, será un nuevo escándalo”.
La síntesis: “Están agriados por sus problemas, pero los españoles tenemos derecho a querer ser felices sin ellos”. La campanada: “Me niego a que pretendan arrebatarnos el derecho a la esperanza que tenemos todos”. Y la despedida ante los suyos: “Feliz Navidad, Feliz Futuro, Feliz España”.
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