"En los últimos años ninguno de los tres poderes del Estado ha quedado a salvo de una degeneración democrática". Así de contundente se ha expresado este lunes el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, sobre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, al presentar un documento de 60 medidas de "regeneración democrática" que pone a disposición del Gobierno de Pedro Sánchez. De rechazarlo "el sanchismo", el líder de la oposición se compromete a ponerlo en práctica durante "los cien primeros días" de su hipotético Ejecutivo central, tras las elecciones generales previstas para diciembre de 2023.
Quien aspira a gobernar España en solitario, sin el apoyo de Vox, ha rodeado de simbolismo su intervención. Para la ocasión ha escogido el oratorio de San Felipe Neri, cuna de las Cortes de Cádiz que promulgaron la Constitución de 1812, a la que se ha referido en algunos momentos como "La Pepa" para glosar "una de las páginas más gloriosas" de nuestro país.
Entre las 60 medidas propuestas para acabar con "el nepotismo, la arbitrariedad y la opacidad" se establece recuperar en el Código Penal el delito de sedición, derogado por Sánchez, cuando los populares lleguen al poder, "dejar sin efecto la reforma del delito de malversación de fondos públicos", así como "tipificar el delito de referéndum ilegal". Las tres propuestas se engloban en la voluntad de Feijóo para "proteger la Constitución y la integridad territorial del Estado".
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No menos relevante, ya en lo que al terreno electoral más próximo se refiere (elecciones municipales y autonómicas) el máximo representante de la oposición en España ha abogado en el documento firmado por "garantizar que la Alcaldía recae en la candidatura que logre mayor respaldo popular, directo, en las urnas". Tal propuesta no ha sido ampliada al terreno de los gobiernos autonómicos que se puedan formar tras la cita del 28-M, ni tampoco a las elecciones generales, al menos en el discurso verbal de Feijóo, a falta de ver si se contempla algo en lo escrito y firmado por él mismo.
Con la palabra "liberal" por bandera y seña de identidad de su proyecto, Feijóo ha establecido un paralelismo entre lo que representó la Carta Magna de 1812 con la Constitución aprobada el 6 de diciembre de 1978: "El eco de las Cortes de Cádiz se extendió por todo el mundo, influyendo en muchos procesos democráticos", ha incidido el líder del centroderecha español.
En 1812, ha proseguido Feijóo bajo la atenta mirada del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, "había constitucionalistas acosados por una guerra y en un islote". De forma paralela –ha comparado– "en la España de hoy también hay turbulencias, pero una gran mayoría de españoles se identifica con los valores constitucionales y quiere que sigan en pie", en alusión al modelo transversal en el que se mira Génova 13. Se trata de atraer también a votantes moderados del PSOE, descontentos con el actual Gobierno de Sánchez, en coalición con Unidas Podemos, y sostenido por "independentistas y nacionalistas".
A diferencia de quienes lucharon desde las Cortes de Cádiz en defensa del liberalismo, "aquellos diputados de 1812, que ni sabían si su voz clamaba en el desierto", Feijóo sostiene que "nosotros estamos apoyados por la mayoría de la población".
A juicio del político gallego "hay una erosión de instituciones clave" para lo que debería ser una "convivencia ordenada". Cree que desde Moncloa "se sigue un guion que siguen los anticonstitucionalistas, ya sean independentistas o nacionalistas", otra clara referencia a los socios de Sánchez durante la presente legislatura.
En el marco de lo que ha descrito como "una deriva en la que se va superando la capacidad de asombro" –ha enfatizado– "nadie se atreve a desmentir ningún dislate" proveniente de lo que, en reiteradas ocasiones ha llamado "sanchismo". De ahí que Feijóo haya subrayado que el Partido Popular "está aquí hoy para rebelarse" ante una política, la del Gobierno de coalición, "que no es la mejor para España".
Especialmente llamativa ha sido la apelación del presidente del PP a la necesidad de "servir a ciudadanos libres e iguales". Tal denominación fue la escogida por un grupo de políticos e intelectuales constitucionalistas, frente al nacionalismo catalán, que en su día encabezó la todavía diputada popular Cayetana Álvarez de Toledo, abiertamente enfrentada al modelo moderado que puede representar Feijóo o, más concretamente, el nuevo fichaje de Génova para atraer votos del centroizquierda: Borja Sémper.
Frente a la "peligrosa inclinación a las posiciones iliberales" que para Feijóo representa el modelo de gestión de Pedro Sánchez, el expresidente de Galicia reivindica el "espacio común donde todas ideologías democráticas "convivan y se alternen".
A día de hoy el Gobierno del PSOE es para Feijóo "un Ejecutivo intervenido que asume su condición de rehén", una clara referencia no sólo a su socio de coalición, Unidas Podemos sino a todas las 'hipotecas' que Sánchez mantiene con ERC, PNV y Bildu, principalmente.
"Nosotros no iremos de rehenes de nada, ni de nadie, y estamos motivados por la convicción de que somos muchos más los españoles moderados y hastiados por lo que está haciendo el sanchismo", ha recalcado Feijóo ante la firme determinación que tiene Génova, expresada no sólo por él, sino por otros dirigentes nacionales relevantes, de intentar a toda costa gobernar sin lo que llaman "populismos". Así se refiere siempre Juanma Moreno a Vox, partido que consiguió aislar para no tenerlo como socio de gobierno el pasado 19 de junio.
El presidente de la Junta de Andalucía logró el llamado "voto prestado" de 200.000 electores del PSOE que, ante la posibilidad de ver a los de Santiago Abascal en el Gobierno andaluz, depositaron la papeleta del PP en las urnas.
Lo que Feijóo ha llamado "Plan de Calidad Institucional y Regeneración Democrática", que él mismo ha firmado al término de su intervención, pretende ser una propuesta "capaz de ser asumida por quienes, sin ser del PP, comparten nuestra preocupación y ansían una regeneración democrática", ha resumido.
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