No es ningún secreto que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, lleva año y medio manteniendo serias diferencias con el presidente de su partido, Pablo Casado. Pero, sin duda, los carteles que ha preparado el PPdeG para la precampaña de las elecciones del 5 de abril se llevan la palma en cuanto a frialdad con ese nuevo PP nacional tan alejado del que fue su mentor, Mariano Rajoy.
Para Feijóo, el 'España Suma' electoral que antes propuso Casado, y ahora defiende la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, nunca ha sido una opción. Es más, el líder gallego lleva más de un año criticando la pérdida de "centralidad" del partido desde que abandonó La Moncloa y su posterior derechización por el miedo a que Vox y Santiago Abascal acaben ocupando su espacio político.
Grazas a todos os que confiades e traballades por este obxectivo excepcional. E por facelo xuntos. Porque xuntos somos moito máis capaces de dalo todo por Galicia. #GaliciaéMoito. pic.twitter.com/F6HUXswjrE
— PP de Galicia (@ppdegalicia) February 17, 2020
En los carteles ahora editados para la precampaña popular se ve un primer plano de Feijóo con la leyenda Galicia é Moito (Galicia es mucho) en grande a su izquierda. Y debajo otro "Galicia", ya con distinta tipografia, encima de cuya última letra "a" aparece una sigla PP cuasi microscópica y la gaviota, solo al alcance de los que gocen de buena visión ocular, como se puede comprobar en la imagen que ilustra esta información.
Llama la atención semejante ocultación buscada de la sigla PP, cuando es precisamente el barón gallego quien más está presionando ante la Dirección Nacional del partido para que defienda esa sigla de las presiones de Ciudadanos para concurrir en coalición a las elecciones gallegas y vascas del 5 de abril y, posteriormente, en las autonómicas catalanas que Quim Torra va convocar también este año.
El pulso que mantienen el presidente de la Xunta e Inés Arrimadas amenaza la mayoría absoluta del PPdeG, que hoy es solo de un diputado más que la izquierda y los nacionalistas
Inés Arrimadas amaga con presentar candidaturas en las cuatro provincias gallegas si no van los dos partidos unidos en una especie de Galicia suma, algo a lo cual Alberto Núñez Feijóo se niega alegando, precisamente, que la sigla PP lleva treinta años gobernando -la mayoría de las legislaturas con una cómoda mayoría absoluta- y no necesita de ese voto de Ciudadanos que, entiende, fue suyo en anteriores convocatorias y ahora volverá a confiar en él.
De hecho, los 184.045 votos y dos diputados gallegos al Congreso que obtuvo el hoy dimitido Albert Rivera en las elecciones generales del pasado 28 de abril, tras la repetición electoral del 10-N, quedaron reducidos a 64.661 votos y ningún diputado. Feijóo confía en que la mayoría de estos últimos vuelvan al redil del PPdeG el 5 de abril, y que los que no lo hagan no sean obstáculo para revalidar la mayoría absoluta.
Arrimadas, no obstante, juega con la idea de que el PPdeG está jugando con fuego con su actitud retadora porque solo tiene un escaño de diferencia, y, en ese escenario, la pérdida de 10.000 o 20.000 votos por falta de unidad del centro derecha gallego puede ser determinante para que gobierne Gonzalo Caballero, el candidato socialista, de la mano del Bloque Nacionalista Galego (BNG) y de Podemos (Mareas), socios de Pedro Sánchez en Madrid.