Política

Feijóo asume la victoria en Galicia mientras los barones contienen la euforia: "El cambio de ciclo, en las generales"

Líderes territoriales del PP consideran "prematuro" y "contraproducente" dar por derrotado a Sánchez. Eso sí, los populares esperan un "efecto contagio" en las siguientes elecciones.

Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda festejaron al alimón este martes la mayoría absoluta obtenida por el PP en Galicia. El líder del PP hizo suya la victoria de su sucesor al frente de la Xunta tras una campaña electoral que, por impredecible en su última semana, se hizo larga para Génova en una plaza especialmente afín. "Si querían que las elecciones gallegas fueran un plebiscito sobre mi liderazgo, ahí tienen el resultado del plebiscito", se resarció Feijóo contra quienes plantearon la campaña en esa disyuntiva de puerta grande o enfermería. Dos semanas en las que el líder del PP se volcó con la candidatura de quien fuera su vicepresidente durante 13 años.

El pésimo resultado obtenido por el PSdG, que con nueve diputados cuajó su peor resultado histórico –16 menos que los obtenidos por Ana Pontón y el BNG–, terminó de endulzar una victoria que ha redoblado el optimismo en la dirección nacional del PP. El "Feijóo, 40; Sánchez, 9" con el que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ilustró el tanteo en clave nacional este lunes.

Sin embargo, que la política es un estado de ánimo, según el aforismo acuñado por Jorge Valdano para definir el fútbol, es bien sabido por algunos presidentes autonómicos populares consultados por Vozpópuli. La tensión ha dado paso a una euforia que, si bien lógica, inherente a un triunfo crucial, a juicio de diferentes líderes territoriales, debe ser dosificada.

La posibilidad de un "cambio de ciclo" –concepto que sobrevoló este martes durante el Comité Ejecutivo Nacional celebrado en Génova– es visto como "prematuro" y "contraproducente" por más de un barón territorial. Un sintagma a eludir en el argumentario del partido ante la posibilidad de "crear un clima de ansiedad" en el electorado. Lanzar las campanas al vuelo contra un presidente del Gobierno con una resistencia política inédita es una lección aprendida tras las últimas elecciones generales.

"Sánchez es indolente ante todo, no vale con que el PSOE baje", estima un presidente autonómico. "El cambio de ciclo será con unas elecciones generales", añade otro. ¿Cuándo? Esa es la X a despejar en una legislatura llena de escollos, minada para un Pedro Sánchez a quien Feijóo dibujó este martes "acorralado" junto a sus socios "dentro de su muro".

Una valoración compartida por el grueso de los barones territoriales del PP. Porque que "Sánchez haya asumido los postulados de los independentistas", según verbalizó este martes el presidente aragonés, Jorge Azcón, empuja a la gente a votar "esos partidos" y no al PSOE. "Han cedido espacio al BNG, ¿y qué ha sucedido? Pues que el BNG se ha tragado una parte del PSOE", ejemplificó Juanma Moreno, presidente andaluz. "Entre la copia y el original, la gente elige la copia", razonaba otro barón. "Son subalternos del nacionalismo", reducen a los socialistas fuentes de la dirección nacional del PP. El razonamiento es el mismo en todos los casos.

"Mejorar en el País Vasco"

La situación se ha traducido en un inicio de semana acaramelado para un Feijóo dispuesto a verbalizar su liderazgo como nunca desde su llegada al mascarón de proa del partido. "Ha dicho aquí estoy yo y ha aprovechado para ponerse en valor", sintetiza uno de los presentes en la reunión a puerta cerrada mantenida por los miembros del Comité Ejecutivo Nacional.

Como ha podido saber este periódico, también pidieron la palabra Rueda, Ayuso, Moreno, el diputado y candidato popular en las próximas elecciones vascas, Javier de Andrés; el presidente murciano, Fernando López Miras; la extremeña, María Guardiola; el vicepresidente canario, Manuel Domínguez; y Paco Núñez y Javier García, presidentes del partido en Castilla-La Mancha y Navarra, respectivamente.

Tanto en público como en privado, todos cerraron filas con Feijóo. Conscientes del descalabro socialista y la situación de especial vulnerabilidad territorial en la que queda Sánchez, nadie rebajó la dimensión de la victoria. La sensación es que al presidente del Gobierno se le agota la pirotecnia. Botín tras botín electoral, pese a su amarga victoria del pasado 23-J, Feijóo ha amasado un inmenso poder territorial para el PP. "Desde que es presidente del partido ha conseguido siete gobiernos nuevos y cinco compañeros tienen ahora mayoría absoluta", sacan pecho fuentes de su entorno. "Y lo de Galicia es la culminación de una transición modélica en términos orgánicos", remachan.

La siguiente parada electoral, en primavera, será el País Vasco. Los cinco diputados actuales que tiene el PP hacen que De Andrés tenga un importante margen de mejora. "Esperamos un efecto contagio en estas elecciones", aseguraba este martes otro presidente autonómico, "pero habrá que mejorar mucho en el País Vasco". Fue precisamente De Andrés el primero en llegar y en asociar la victoria en Galicia a un viento de cola para su candidatura en el País Vasco. El último Barómetro de Euskadi prevé siete diputados para el PP.

La efervescencia de EH Bildu, socio estable del Gobierno de coalición, en empate técnico con un PNV a la baja, hace que fuentes populares vaticinen una situación parecida para el PSE que la sufrida este domingo por los socialistas gallegos. "Entre la copia y el original, la gente elige la copia", insistía un barón territorial a las puertas de Génova este martes. Un argumento que pone a todo el PP de acuerdo.

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