Fernando López Miras, número tres del PP murciano, es un "millennial" experto en economía, de precoz vocación política, discurso encendido y socarrón, que combina la retórica más pura del partido con la filosofía desenfadada de la cultura "indie" de la que disfruta en sus ratos libres.
El casi con toda seguridad próximo presidente de Murcia, nacido en Lorca en 1983, es licenciado en Derecho aunque nunca ejerció la abogacía y tiene un máster en Dirección y Administración de Empresas. Su padre fue directivo de banca, por lo que, tras acabar sus estudios, decidió seguir sus pasos y durante un breve período de tiempo fue gestor del Banco Español de Crédito y del Banco de Valencia.
Para entonces ya estaba curtido en política, un camino en el que se inició casi de adolescente en las Nuevas Generaciones del PP de Lorca, que comenzó a presidir en el año 2008. Rápidamente ascendió en la división juvenil del PP, donde llegó a ser secretario general de Nuevas Generaciones en la Región de Murcia y vicesecretario general nacional de Economía y Empleo de la organización.
Su militancia sin horario y su "desparpajo" y verbo fácil le hicieron un hueco en la división adulta del partido, en el que rápidamente sintonizó con Pedro Antonio Sánchez, siete años mayor que él. Sánchez presionó para convertirlo en portavoz del PP en Lorca y al tiempo que López Miras se curtía en la vida pública como contertulio en debates radiofónicos de la ciudad, aumentaba su prestigio interno como "fontanero" del partido, solucionando problemas con gestiones siempre a caballo entre Lorca y Murcia.
Su carrera política ya había despegado en 2009, cuando con 25 años, fue nombrado director de gestión financiera del Área de Salud de Lorca, un cargo de confianza en la Consejería de Sanidad que desempeñaba desde un despacho en el hospital Rafael Méndez. El político lorquino abandonó ese puesto en 2011, cuando fue incluido en la candidatura de la circunscripción del Guadalentín para las elecciones autonómicas.
En esos comicios fue elegido diputado del Grupo Parlamentario Popular de la Asamblea Regional de Murcia, un escaño al que renunció en 2014 antes de ser nombrado secretario general de la consejería de Economía y Hacienda, bajo la presidencia de Alberto Garre, en la que tuvo un paso fugaz hasta las autonómicas de 2015.
Volvió a ser elegido diputado regional y, contra todo pronóstico, no llegó a formar parte del consejo de Gobierno cuando Sánchez alcanzó la presidencia, pese a ser uno de sus más estrechos colaboradores. Pedro Antonio Sánchez prefirió subrayar su perfil político reforzando sus cargos orgánicos hasta que alcanzó el puesto de coordinador general de la formación y se situó en el tercer escalón del organigrama, solo por debajo del presidente y de la secretaria general.
Miras, hijo único de padres separados, está soltero y vive a caballo entre Murcia y Lorca, su ciudad natal, en la que mantiene su grupo de amigos de toda la vida con los que comparte pachangas semanales de fútbol y cervezas si la agenda lo permite. Combina el pelo desaliñado y la barba con el traje ejecutivo, los zapatos Oxford y la mochila que usa en lugar del portafolios, al igual que su amigo el diputado nacional Teodoro García, que junto con el alcalde de Yecla, Marcos Ortuño, forma parte del círculo más íntimo del ya expresidente, con el que comparte, incluso, una semana anual de vacaciones en verano en un velero alquilado.
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