Política

El fin de una era: los Fernández Díaz pierden todo el poder en el PP catalán

Los hermanos Fernández Díaz, Jorge y Alberto, dejan la primera línea de la política después de más de treinta años de protagonismo en el escenario catalán y nacional

Los hermanos Fernández Díaz dejan la primera línea de la política. Y no por voluntad propia. Ambos sabían que, con la llegada de Pablo Casado al timón de Génova, desaparecían sus apoyos, padrinos y avales dentro del PP. Durante tres décadas, los Fernández Díaz, hijos de un teniente coronel de caballería, han desempeñado una amplia suerte de cargos y responsabilidades en la escena pública.

Jorge, (68 años, Valladolid) el mayor, se ha desempeñado tanto en el Parlamento catalán como en las Cortes, así como en una serie de funciones en el Gobierno nacional. Alberto (57 años, Barcelona) ha centrado su actividad en el partido y en el Ayuntamiento barcelonés, donde pasó casi veinte años como concejal, jefe del grupo municipal y líder de la oposición. El fin de una era. "Daños colaterales' de la desaparición de Rajoy. 

Jorge Fernández Díaz sabía hace tiempo que no repetiría en las listas para el Congreso, donde ejerció de diputado los últimos treinta años. Tampoco ha entrado en las listas al Parlamento Europeo, pese a haber movido todo tipo de hilos y presionado con intensidad a la actual cúpula del PP. Jorge Fernández ha sido uno de los colaboradores más estrechos de Mariano Rajoy, con quien ejerció como secretario de Estado en dos ministerios y, finalmente, titular de Interior durante un lustro, cargo que cedió en 2016 a Juan Ignacio Zoido

"El hombre que sabía demasiado"

"Se va a casa sabiendo muchas cosas del partido y del Gobierno", confesaba un veterano del PP al tener noticia de que Jorge Fernández finalmente no entra en lista alguna para las próxima ronda electoral. Nunca desveló de qué habló con Rodríguez Zapatero, durante tres horas, nada más aterrizar en Moncloa Mariano Rajoy. Se ha incorporado a la Fundación de la Universidad Católica de Ávila, donde se encontrará con viejos compañeros, como Ángel Acebes, abulense militante, y José María Michavila. 

Fernánedez Díaz era el más característico de los hombres de confianza de Rajoy. Nunca fueron amigos, "Rajoy no los tiene", señala la mencionada fuente. Pero le tenía confianza, le comentaba asuntos delicados y le encargaba misiones especiales. Una de ellas, supuestamente, sería el 'caso Kitchen', que versa sobre el supuesto espionaje a Luis Bárcenas financiado con fondos reservados y que ha puesto al exministro en el disparadero. Ha perdido su condición de aforado, lo que puede entrañar severos contratiempos. 

Atravesó también momentos de turbulencia con la llamada 'policía patriótica', asunto que estalló al desvelarse una conversación del entonces titular de Interior con el director de la Oficina Antifraude de la Generalitat. Una torpeza cuyo recorrido procesal fue archivado por el Supremo. Tampoco pareció muy adecuado que Fernández Díaz recibiera en la sede del ministerio a Rodrigo Rato, cuando el exvicepresidente del Gobierno ya estaba acosado en los Tribunales por Bankia, las tarjetas 'black' y otras cuestiones.. 

Jorge Fernández tuvo todo el poder y el control en una etapa del PP catalán. Fue gobernador civil de Barcelona, diputado en el 'Parlament', y cedió a Alejo Vidal Quadras la presidencia de la formación cuando Rajoy le convocó para una secretaría de Estado en el ministerio de Administraciones Públicas, Pasó luego al de Universidades, a la Mesa del Congreso y, finalmente, siempre de la mano de Rajoy, al ministerio del Interior, donde desarrolló una actuación rebosante de tropiezos y polémicas. Muy bien relacionado con el mundo nacionalista catalán, en el PP de aquella comunidad siempre se le vio como poco combativo con los separatistas y demasiado dispuesto a pactos y acuerdos. "Filoconvergente", le llamaban por sus amistades con Duran Lleida, Xavier Trias, Joaquim Molins, Lluís Prenafeta, Macià Alavedra y otros representantes del 'soberanismo de los negocios'. 

La defenestración de Vidal Quadras

Vidal Quadras, su sucesor en el 91, pegó un volantazo al PP de Cataluña, se convirtió en el crítico más feroz del pujolismo y, finalmente, Aznar le parachutó rumbo a Bruselas para evitarse problemas con sus socios de CiU, con los que había suscrito el 'pacto del Majestic'. Sin Pujol, Aznar no habría sido presidente del Gobierno. Con Alejo, ese respaldo nacionalista estaba en permanente riesgo. 

Alberto Fernández, hermano de Jorge, fue el encargado de relevar a Vidal Quadras. Se trataba de no mostrase excesivamente beligerante con el 'Govern' y de atender los recados que llegaban desde Madrid. Alberto Fernández se mordía los puños cada vez que le transmitían instrucciones de la Moncloa en la que se le reclamaba paz y tranquilidad. Javier Arenas era el encargado de mantener vivo el diálogo con la Generalitat. Ese fue el comienzo del declive del PP en Cataluña. Vidal Quadras había logrado situarlo en 17 diputados. Con Alicia Sánchez Camacho, también ahora preterida en las listas, consiguió 18 en la oleada que llevó a Rajoy a la mayoría absoluta. Ahora están en cuatro. Y bajando, según las encuestas. 

Durante casi dos décadas Alberto Fernández ha sido la voz del PP en el Ayuntamiento barcelonés. Combativo, peleón, laborioso, se ganó el respeto de los barceloneses cuando medio barrio del Carmelo se vino abajo, a causa de las obras del AVE. Eran los tiempos de la Barcelona olímpica y nadie quería romper el hechizo de la ciudad mágica de Maragall. Una parte de la prensa local camufló este episodio en forma vergonzante. Alberto Fernández se personó en el barrio afectado y durante días lo recorrió sin pausa para atender a los damnificados y denunciar el desastre. 

Cambio de discurso

También alcanzó notable protagonismo cuando en las fiestas de la Mercè de 2015, en plena ebullición secesionista, Alberto Fernández desplegó una bandera de España en el balcón consistorial, en respuesta de la estrellada que había colgado un concejal de ERC. Pisarello, teniente de alcalde de Ada Colau, forcejeó con el edil del PP intentando retirar la enseña nacional, en una imagen que dio la vuelta a España. "A Alberto no le han dejado, siempre ha tenido encima la sombra de su hermano", señalan en círculos del PP barcelonés. En diciembre del año pasado, dijo adiós muy buenas y declinó presentarse de nuevo a la alcaldía.  

La llegada de Alejandro Fernández a la cúspide del PP catalán significaba el adiós a los Fernández Díaz. Alejandro, apoyado por Pablo Casado, ha renovado la estructura del partido, ha apoyado la designación de Josep Bou como candidato a la Alcaldía y de Cayetana Álvarez de Toledo al Congreso. El fin de una era en la que el PP catalán conoció momentos de esplendor, combatiente y audaz, hasta que entró en un proceso de declive. Entonces llegó Ciudadanos. Hasta hoy.

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