La polémica sobre el verdadero patrimonio de la Familia Real no empieza ahora con las revelaciones de Corinna zu Sayn Wittgenstein, amiga del Rey Juan Carlos, durante una conversación en su casa de Londres en 2015 con el expresidente de Telefónica, Juan Villalonga, y el comisario José Villarejo.
Porque, ya en la primavera de 2013, en plena la instrucción del caso Noos, se produjo un episodio extrañísimo que el Ministerio de Hacienda atribuyó entonces a un "error" propio y de los notarios, dejando en el aire numerosas incógnitas. Por el momento, no hay rastro de este extraño episodio en las polémicas cintas de Corina.
El juez instructor, José Castro, había pedido un exhaustivo análisis de las cuentas de Doña Cristina entre 2002 y 2012 con la intención de encontrar algún rastro de los negocios fraudulentos de su marido, Iñaki Urdangarín. Y para sorpresa de todos, la Agencia Tributaria (AEAT) le atribuyó una supuesta venta de 13 casas y terrenos repartidos por toda España, habiendo obtenido por todo 1,43 millones de euros.
El "error" que se atribuyeron Hacienda y el Registro del Notariado no se produjo con un DNI normal de ocho dígitos sino con el número "14", el de la Infanta Cristina
Lo curioso, por ejemplo, es que un lote compuesto por casa y cuatro terrenos, ubicado en Valenzuela de Calatrava (Ciudad Real), efectivamente cambió de manos el 16 de noviembre de 2005, como figuraba en los archivos de Hacienda y en el registro notarial... pero no porque la Infanta Cristina lo vendiera, sino porque la dueña quería poner las propiedades a nombre de sus hijos; ese día todos fueron al notario.
En el informe de la AEAT figuraba también que doña Cristina había vendido meses más tarde, en 2006, una vivienda de 315 metros construida en 1950 en Calella (Barcelona) y valorada por Hacienda en 450.000 euros. Falso, según demostró la dueña.
Tanto el ministro Cristóbal Montoro, que tuvo que dar explicaciones en el Congreso, como el Consejo general del Notariado, argumentaron que todo era fruto de un "error" con el DNI de la infanta... Lo llamativo es que su DNI lleva el número "14", nada que ver con el normal de ocho dígitos que tiene cualquier español.
Cuando se instauró el Documento Nacional de Identidad (DNI), en 1944, Francisco Franco se quedó el número uno, su esposa, Carmen Polo, el "2", y a su hija el "3". A Don Juan Carlos y Doña Sofía se les asignaría en 1965 los DNI "10" y "11", a la Infanta Elena el 13 y su hermana Cristina, nacida ese año, el "14".
Aunque se corrió un tupido velo, político y mediático, aquel episodio no hizo sino aumentar la leyenda sobre el abultado patrimonio de don Juan Carlos, supuestamente repartido entre sus vástagos a lo largo de los últimos 40 años; algo que ahora vuelve a estar de actualidad a raíz de las revelaciones de Corinna zu Sayn Wittgenstein.
El expresidente de Elf ya dijo en 2003 que él había entregado en su domicilio a Don Juan Carlos una comisión de 55 millones de euros
Ella apunta en esos audios que el rey don Juan Carlos cobró, a través de su amigo el empresario Juan Miguel Villar-Mir, parte de la comisión de cien millones de euros de comisión por facilitar a España el contrato del siglo, el AVE Medina-la Meca, por el cual Arabia Saudí ha pagado la friolera de 6.700 millones; igualmente, el Rey Mohamed VI de Marruecos le habría regalado un terreno en Marrakech por otra operación.
Pero las operaciones comerciales en las que, supuestamente, ha estado implicado el rey Juan Carlos I hasta que abdicó en junio de 2014 en favor de su hijo, Felipe VI, se remontan muchos años atrás.
Sin ir más lejos, el ex-presidente de ELF Loïk Le Floch-Prigent declaró en un juicio por apropiación indebida en la operación de compra de Detroit Diesel, en 2003, haber entregado al monarca en su domicilio 55 millones de euros de una comisión.
Y antes de eso, el reparto de la herencia que dejó Don Juan de Borbón a su esposa, doña María de las Mercedes, y a sus tres hijos, Don Juan Carlos, y las infantas Doña Pilar y Doña Margarita, también había sido objeto de polémica por parte de los partidos de izquierda en España, particularmente IU.
La revista estadounidense 'Forbes' colocó en 2003 a Don Juan Carlos entre los magnates más ricos del mundo con 2.500 millones de euros en sus cuentas
La versión oficial es que, como había estado exiliado de España desde el final de la Guerra Civil (1939) -la mayor parte del tiempo en Estoril (Portugal)-, Don Juan se vio obligado a disponer de tres cuentas domiciliadas en Suiza: una en Ginebra y dos en Lausanne, además de varios inmuebles. A su muerte (1992) ese patrimonio ascendía a unos 750 millones de pesetas.
Tras las revelaciones de Sayn Wittgenstein, Podemos e IU vuelven a la carga. Quieren saber -aunque tanto el Congreso como el Gobierno van a blindar al rey emérito- a cuanto asceiende la fortuna de don Juan Carlos. La última vez que alguien se atrevió a cuantificarla, hace quince años, supuestamente era de 2.500 millones de euros.
Lo hizo la revista estadounidense Forbes para su ranking de los más ricos del mundo, aunque en España también se prefirió entonces mirar para otro lado.
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