El fiscal de la Audiencia Nacional del caso de la agresión en Alsasua a dos guardias civiles y sus parejas ha defendido la acusación de terrorismo durante su informe de conclusiones afirmando que los ocho investigados son "herederos" de las ideas y la estrategia que dictó la banda terrorista ETA y que llevó a las "peores atrocidades" cometidas durante 50 años del siglo pasado.
Según el representante del Ministerio Público, José Perals, el hecho de que ETA anunciara en 2011 el cese definitivo de su actividad armada y que los acusados sean muy jóvenes "no impide que todo ese ideario" de conseguir fines políticos con violencia "haya calado" en poblaciones del País Vasco y Navarra.
A su juicio, durante el juicio ha quedado probado que lo ocurrido en Alsasua "no fue una pelea de bar", sino una agresión "planificada y organizada única y exclusivamente para agredir a dos guardias civiles y sus parejas con la finalidad terrorista de expulsar" a dicho cuerpo policial de la localidad. Pero también, ha añadido, el objetivo de la paliza fue "inferir temor a los que no piensan como ellos" en Alsasua.
"Aún persiste una herencia de terror en el País Vasco y Navarra que no es sino una prolongación del terrorismo que se ha vivido en España durante 50 años. Deciden ellos quiénes pueden estar o no en su pueblo. Es lo peor de la naturaleza humana. Es la xenofobia, el fascismo en estado puro. Eso es lo que defienden los supremacistas abertzales", ha remarcado.
Es por ello que Perals mantiene la acusación por terrorismo y ha elevado a definitiva la petición de entre 12 años y medio y 62 años y medio de prisión para los ocho acusados por lesiones y amenazas terroristas.
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