La Fiscalía ha dedicado buena parte de su exposición final en el juicio del procés a argumentar por qué considera que la violencia registrada en Cataluña aquel convulso otoño de 2017 era suficiente e idónea como para sostener su acusación por rebelión. Para ello ha respondido a cinco preguntas: ¿hubo violencia?, ¿fue suficiente?, ¿existe nexo con la declaración de independencia?, ¿sabían los acusados que habría violencia? y ¿se instrumentalizó?
Y la tesis del Ministerio Público es que la violencia del procés existió. Al estar dirigida por las instituciones que ostentaban el poder en Cataluña era suficiente para declarar la independencia. Desde el Govern se incitó a la gente a votar aún siendo avisados del riesgo de enfrentamientos con resultado “fatal”. La violencia era una herramienta necesaria para subir "algunos escalones en la hoja de ruta".
Fue el fiscal Jaime Moreno quien se encargó de profundizar en este punto capital del juicio después de la introducción de su compañero Javier Zaragoza. Ya fijado previamente el listón a la altura del "golpe de Estado" y la "insurrección", el ministerio fiscal entró en detalles y recurrió a casos concretos que se han escuchado en estos cuatro meses de juicio.
Votar puede ser delito
¿Hubo violencia? Y la respuesta de Moreno fue recordar que se destrozaron los coches de la Guardia Civil, que hubo daños a las cosas, lanzamiento de piedras, también intimidación, amenazas e insultos como los de “esta noche os vais sin coche”. Y que el resultado a todo eso el día del referéndum fueron 93 policías heridos frente a un millar de heridos leves por parte de los votantes.
Ha defendido que el uso de la fuerza por parte de los agentes no solo era legítimo y necesario sino que “era la forma de dar cumplimiento a la orden” del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que había ordenado impedir la consulta. En este punto, ha aprovechado para rebatir uno de los argumentos centrales del independentismo: “Se ha dicho que votar no es delito. No es cierto, votar dos veces o votar sin tener la edad, sí es delito. No existe un derecho indeterminado a votar, tiene una serie de cauces y límites”.
¿Fue suficiente la violencia? El delito de rebelión exige que la violencia sea de un grado capaz de doblegar al Estado y en este punto la Fiscalía entiende que “lo que se buscaba era derogar la Constitución, no en todo el territorio, sino en una parte y declarar la independencia”. Y esto fue posible dado que los acusados ostentaban todo el poder en una región "con un autogobierno enorme" como para decidir el control del gasto, entre otras cosas.
Asaltar centros de poder
No necesitaban, por ejemplo, asaltar centros de poder, algo que sí hubiesen precisado "si hubiesen tenido que venir a Madrid”. “Se trataba de una comunidad autónoma que solo tenía que cortar el amarre”, ha zanjado. Para los fiscales, existe un nexo entre esa violencia y la declaración de independencia ya que para el Govern era “absolutamente necesario celebrar el referéndum”.
Moreno se refirió a las sucesivas reuniones que hubo los días previos a la consulta ilegal, tanto la Junta de Seguridad con representantes del Ministerio del Interior como las celebradas el 26 el 28 de septiembre entre los responsables de la Generalitat y la cúpula de los Mossos d’Esquadra. Los miembros de la policía autonómica instaron a desconvocar el referéndum en función de sus análisis de riesgo. El fiscal ha recordado que los agentes pidieron la presencia de la presidenta del Parlament, la acusada Carme Forcadell, aunque finalmente no asistió.
En los informes de los Mossos se advertía, entre otras cosas que “los CDR podían llevar a cabo práctica combativa”. El fiscal ha otorgado valor también a “una frase lapidaria” que ofreció durante el juicio el exmayor de los Mossos, José Luis Trapero, pendiente de juicio en la Audiencia Nacional por estos mismos hechos. Dijo: “espero que el domingo no haya una desgracia que tengamos que lamentar”.
Trapero-Puigdemont
Desde Fiscalía entienden que con eso se refería, no a un mero enfrentamiento, sino a “un resultado fatal”. Y ante eso la respuesta del expresidente fugado, Carles Puigdemont, fue mantener la consulta. “Si hay violencia, declararemos la independencia”, dijo. Por su parte, el entonces vicepresidente, Oriol Junqueras contestó que era “la voluntad del pueblo”. En aquellas reuniones con los Mossos estuvieron presentes Puigdemont, Junqueras y el exconseller de Interior y también acusado Joaquim Forn.
Respecto al resto de procesados por rebelión en el banquillo de los acusados, la Fiscalía lanzó la duda: ¿No se les comunicó? ¿No se interesaron sobre lo que había pasado? En cualquier caso, el Ministerio Público añade que todos tenían la experiencia de lo que había pasado unos días antes ante la sede de la Consejería de Economía: “Vieron cómo la comisión no pudo salir en ningún momento, vieron los coches destrozados, incluso se subieron a ellos”.
Esta acusación entiende que toda esa violencia fue instrumentalizada porque no bastó con convocar la consulta, sino que se incitó a la gente a enfrentarse a las fuerzas de seguridad con llamadas a defender los colegios. Ha recordado Moreno algunas de las declaraciones públicas de aquellos días: “Si votamos todos los catalanes Rajoy caerá” o “Si los catalanes salen en masa a votar, votarán y así será. No nos harán cambiar de opinión”. “No estamos ante un dolo eventual. No era que con tal de celebrar el 1-O acepto que pueda haber violencia, no. Era que para que no se impida la consulta, me enfrentaré, ha concluido el fiscal.
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