El excomisario José Manuel Villarejo, que el 3 de noviembre de 2017 fue sorprendido por los agentes de Asuntos Internos de la Policía Nacional con 109.000 euros en efectivo y lingotes de oro en una de sus viviendas en Estepona (Málaga), justificó la existencia de este dinero como si fuera una herencia de sus padres, según consta en la declaración del agente, que permanece en prisión preventiva desde entonces.
En el interrogatorio llevado a cabo por los fiscales de anticorrupción, Villarejo respondió que el dinero que le habían interceptado en esa casa procedía de un dinero que su madre le había legado poco antes de fallecer. Eso había ocurrido hace dos años, y pese a todo Villarejo trató de convencer a la magistrada Carmen Lamela de que tenía intención de repartirlo a partes iguales a cada uno de sus cinco hijos.
"Cuando muere mi padre, yo renuncio a la parte correspondiente mía de la herencia, en favor de mis hermanos, y entonces mi madre, que murió hace dos años, pues, poco a poco fue juntando, y en una ocasión, me dijo, que puesto que había renunciado a eso, y como tenía cinco hijos, que cada uno tenga 20.000 euros, y así se les compense", declaró el excomisario el 5 de noviembre de 2017.
Madre fallecida
Preguntado por los fiscales por el motivo por el que ese dinero permaneció en metálico en Estepona tanto tiempo, Villarejo destacó que su madre falleció Estepona: "Y surgieron una serie de problemas. Yo me separé de mi mujer, luego volvimos a juntarnos, y yo pensé que la familia podría estar unida. Quería reunirlos a todos y hacerles entrega a cada uno de mis hijos de ese dinero", contestó el exagente.
En el mismo sentido, la Policía encontró "una cantidad notable de dinero en efectivo”, en torno a 90.000 euros, en la casa en la que vive habitualmente Villarejo, pero que está a nombre de una de sus hijas.
Fiscalizado por el CNI
Al ser preguntado también por los fiscales, el excomisario dijo que era "el remanente pequeño" que siempre había tenido en su viviendas desde que estuvo en excedencia de la Policía, a la que se reincorporó en 1993: "Le tengo pánico a los bancos porque me arruiné dos veces, y yo procuro tener dinero en casa por si me surge alguna necesidad. Nada más cobrar yo suelo sacar el efectivo", declaró Villarejo, que completó que no le gustaba pagar con tarjeta porque se sentía fiscalizado por el CNI.
La juez Carmen Lamela no se creyó a Villarejo, y accedió a la petición del ministerio público, que reclamaba el ingreso en prisión incondicional y sin fianza del excomisario, que permanece desde entonces, el 5 de noviembre de 2017, en la cárcel madrileña de Estremera.
Por su parte, el empresario Juan Carlos Escribano Cárcel, que fue arrestado junto a Villarejo en noviembre de 2017 por su presunta relación con el clan policial mafioso, declaró ante la juez que conoció al excomisario porque este le había comprado un ático y otras siete viviendas en la promoción urbanística Mirador de la Cala, en Estepona.
Uno de estos apartamentos fueron para el hermano de Villarejo, que según Escribano Cárcel es el cura de Estepona.
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