Los restos mortales de Francisco Franco ya no están en el Valle de los Caídos. Casi 44 años después de su solemne entierro en blanco y negro, hoy se produjo el camino inverso en color. A hombros de sus familiares y en el mismo féretro en el que fue inhumado en noviembre de 1975, los restos del dictador salieron de la basílica de Cuelgamuros al filo de la una de la tarde.
Ya en la explanada y tras la bendición del prior del Valle, Santiago Cantera, sus nietos y bisnietos lanzaron un "viva Franco" que retumbó en todo el Valle. La exhumación se prolongó durante dos horas y media, más de lo previsto por el Gobierno en sus planes organizativos.
Los trabajos para sacar los restos del dictador del altar de la basílica comenzaron pasadas las 11:00 horas después de un pequeño incidente con Francis Franco, el nieto más conocido del dictador y que intentó entrar en el lugar con una bandera preconstitucional. Tuvo que dejarla en la entrada.
La familia del dictador decidió mantener el féretro original con el que fue enterrado y en ese momento fue el más delicado de la exhumación
Pasados 45 minutos, los marmoleros contratados para este histórico evento retiraron sin incidencias la losa de 1.500 kilos de granito blanco con cuatro gatos hidraúlicos. La imagen que se encontraron los presentes fue la misma con la que terminó el sepelio de 1975. El féretro estaba dañado pero intacto, con la misma bandera con la que se le inhumó. El doble ataúd de madera y zinc seguía como hace 44 años.
La familia del dictador decidió mantener el féretro original con el que fue enterrado y en ese momento fue el más delicado de la exhumación. Los operarios tuvieron que asegurar el ataúd para su extracción de la fosa de hormigón y plomo en la que había permanecido desde entonces.
La extracción del féretro de Franco duró más de media hora y el prior Cantera ofició un breve responso cuando el ataúd salió de la fosa. La comitiva de familiares cubrieron el féretro con una especie de sudario, colocaron un estandarte con la cruz laureada de San Fernando que pertenecía a la familia y, sobre él, una corona de laurel con lazos con los colores de la bandera de España.
El féretro sale a hombros de los familiares
A las 12:45 llegó el momento de recorrer los 260 metros con el féretro a hombros desde el altar hasta la puerta de la basílica. Los familiares de Franco se turnaron en ese largo y sombrío pasillo para transportar los restos del dictador hasta la explanada soleada. Unos minutos antes de la una de la tarde, los restos de Franco cruzaban el umbral de la puerta por última vez.
La caja con los restos de Franco eran portada a hombros por ocho familiares varones mientras que el resto les seguía a paso lento, hasta depositar el féretro en un coche. Fue en ese momento cuando se escuchó en la explanada del Valle el grito de "¡Viva España, Viva Franco!".
Al fondo, desde la puerta de la basílica, presenciaron la escena los representantes del Gobierno: la ministra de Justicia, Dolores Delgado, el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños y el subsecretario del ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo.
A medio kilómetro del cementerio de El Pardo-Mingorrubio se congregaron a esa hora más de 300 nostálgicos del régimen. La mayoría portaba banderas constitucionales, porque las del anterior régimen no están permitidas en concentraciones que exalten la figura del dictador. Después de cantar el 'Cara al sol' en varias ocasiones y de corear "Franco, Franco, Franco" como en tiempos del Caudillo, la llegada del principal golpista del 23-F, el teniente coronel Antonio Tejero, inflamó a los presentes.
"¡Qué cojones tiene, señor Tejero!"
Fue el momento de mayor tensión, con vivas a Tejero, de 87 años y que caminó entre la gente con dificultad y de la mano de uno de sus hijos. "¡Qué cojones tiene, señor Tejero!", le espetó un joven de los congregados entre gritos de "prensa, manipuladora" y el lanzamiento de objetos contra las cámaras de televisión.
Tras recorrer una cincuentena de metros, la Policía paró a los Tejero y les conminó a echarse a un lado para que la concentración no se les fuese de las manos. El golpista encontró refugió en un banco mientras los nostálgicos del régimen le animaban desde el otro lado de la calle.
Poco antes de las 14:00 horas aterrizó el helicóptero con los restos de Franco en el helipuerto junto al cementerio de Mingorrubio. El féretro permaneció aún un rato en el interior del aparato a la espera de asegurar la integridad del féretro durante el traslado al panteón. Así que los familiares del dictador no accedieron al camposanto hasta una hora más tarde.
Allí se celebró una homilía a cargo del sacerdote Tejero, hijo del golpista, y el prior Cantera. La inhumación de los restos de Franco se produjo en torno a las 15:30 horas y a su término, la familia leyó un comunicado y los nostálgicos se acercaron al nuevo mausoleo. A escasos 50 metros de la reja de entrada, los presentes rezaron un rosario entre banderas franquistas y una fuerte presencia policial.
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