La nueva dirección de Podemos surgida del congreso de Vistalegre II tiene por delante el reto de impulsar el futuro modelo de construcción territorial de la formación. Cataluña, Andalucía y Valencia son los grandes focos de tensión para Pablo Iglesias, pero la situación en el País Vasco puede suponer más de un quebradero de cabeza para el líder del partido.
La dirección estatal asiste a un horizonte en el que debe manejar con tiento los contrapesos regionales que reclaman una mayor autonomía. Pero el panorama tras la por ahora apaciguada pugna entre errejonistas y pablistas tiene como estandartes dos de las comunidades con más peso, controladas por el sector anticapitalista. Madrid ha perdido el control de su marca en Cataluña, después de que el secretario general en esa comunidad haya decidido dar un portazo al nuevo partido impulsado por Ada Colau y Xavier Domènech.
Por su parte, la líder andaluza Teresa Rodríguez mantiene sus pretensiones de adquirir una autonomía plena, reclamando un CIF propio, el total control del censo y una autonomía fiscal y financiera. La formación en la Comunidad Valenciana, por su parte, se encuentra dividida y afronta un proceso de primarias para sustituir a su secretario general que no repetirá en el cargo. En el País Vasco la formación se encuentra enfangada por el transfuguismo de la polémica senadora que no pagaba el alquiler y por las destituciones de cuatro miembros díscolos en Álava.
Una decepción en Cataluña
La situación de Podemos en Cataluña no puede estar más dividida. El secretario general de Podem Catalunya, Albano Dante Fachin, decidía la semana pasada que su formación no entrará a formar parte del nuevo sujeto político impulsado por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau junto al portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech. Esta decisión choca de manera frontal con los deseos de la dirección estatal de Podemos, que abogaba por que ambos movimientos se integrasen. "La unidad nos haría más fuertes en Cataluña", sentenciaba el número dos de Podemos, Pablo Echenique, tras conocer la decisión.
Aunque desde la dirección nacional aseguran que respetarán la decisión y la autonomía del secretario general catalán, el problema está en casa. Una parte de Podem Catalunya participará este sábado en la asamblea fundacional del nuevo partido desmarcándose así de la posición oficial. En este sentido, algunos militantes de la formación morada han presentado candidaturas a título individual, como la diputada errejonista del Parlament Jessica Albiach.
Precisamente, Domènech asegura que aunque Podem no participe en la asamblea fundacional podrá sumarse más adelante, pero matiza que si finalmente no se produce la integración, no aceptarán una coalición electoral como llegó a plantear Fachin. En el acto de este saábado participarán los miembros de Barcelona en Comú, Iniciativa per Catalunya, Esquerra Unida y Alternativa, Equo y miembros de Podem, aunque a título individual.
El CIF de Teresa Rodríguez
La situación para Podemos en Andalucía pasa por reclamar una mayor cota de autonomía respecto a la dirección estatal.
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