A la creciente preocupación del mundo empresarial por el retraso del Gobierno en el plan de reformas que debe presentar España para acceder a los 140.000 millones de euros del rescate europeo se suma ahora el malestar de los altos funcionarios del Estado. Los encargados de ordenar el complejo sudoku de proyectos y medidas que liberarán esos fondos han perdido la confianza en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno que dirige Iván Redondo.
“No hay nivel en el Gabinete para acometer un proyecto de estas proporciones”, lamentan varias fuentes consultadas por Vozpopuli.
La Oficina Económica que dirige Manuel de la Rocha, adscrita al Gabinete de Sánchez, es la encargada de coordinar este plan en estrecha colaboración con las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tal y como adelantó este diario hace una semana. La comunicación no está fluyendo, según estas fuentes. Los choques entre De la Rocha y Calviño son constantes y se acumulan retrasos que han llevado al Gobierno a pedir ayuda a las grandes empresas del país, que deben canalizar buena parte de esos recursos.
No conocen la Administración
La sensación entre los funcionarios (abogados del Estado, diplomáticos, ect) es que Redondo ha montado una excelente consultora en la Presidencia. Pero la consultora, dicen estas fuentes, adolece de “una notable falta de conocimiento de la Administración” que complica mucho la tarea. Bruselas exige además una concreción y unas reglas precisas para el acceso a los fondos. A Redondo y su equipo ya les achacaron su papel durante la desescalada al confinamiento por presentar unos planes llenos de generalidades.
Otra de las críticas de los altos funcionarios, encargados de aterrizar las ideas del Gabinete en proyectos concretos, es la “estructura elefantiásica del Gobierno”. Lamentan que la Comisión de Secretarios y Subscretarios de Estado, que gestiona el día a día del Ejecutivo y da forma a las medidas que se aprueban en el Consejo de Ministros, se haya convertido casi en una agencia de colocación tanto del PSOE como de Podemos.
No se puede gestionar una crisis de esta naturaleza con veintitantos ministros, 50 subsecretarios y una treintena de secretarios de Estado"
“No se puede gestionar una crisis de esta naturaleza con veintitantos ministros, 50 subsecretarios y una treintena de secretarios de Estado”, explican estas fuentes. “Pero el problema no es solo de cantidad, sino de calidad. Hay muy pocos que vayan ahí a decir lo que piensan, que es lo que tendrían que hacer”.
A Sánchez y a Redondo les achacan también la falta de entendimiento con el PP. Una crítica que estas fuentes hacen extensible a Pablo Casado. Para ellos, es el momento de ir todos a una.
La preocupación por el plan de reformas de España está instalada en Bruselas y otros organismos internacionales desde hace tiempo. Las dudas sobre la capacidad de Sánchez de gestionar la tarea, la debilidad parlamentaria del Ejecutivo y la inconcreción a la hora de elegir socios preocupan en las instituciones europeas.
El ejemplo de Polonia
Bruselas asiste perpleja a la pésima evolución de la pandemia del coronavirus en España y a ciertos síntomas de estado fallido que emite el país: centros de salud incapaces de abrir sus puertas, oficinas de la seguridad social desbordadas y largas colas en los comedores sociales, entre otras.
Los altos funcionares se reconocen sobrepasados por la situación. Y explican que otros países están haciendo sus deberes antes y mejor. Uno de los ejemplos que se ha puesto encima de la mesa de Redondo es el de Polonia. Este país de la Europa del este, muy criticado en el seno de la Unión por su agenda anti LGTBI, ha sido reconocido sin embargo por la gestión que está haciendo de los fondos de reconstrucción. A Polonia le corresponden 160.000 millones de euros, una cantidad muy similar a la de España.
El Gobierno polaco sacará a consulta pública la próxima semana buena parte de su plan de reformas para cerrar los proyectos con las empresas implicadas. Polonia da por hecho que los fondos europeos estarán activos en el primer trimestre del 2021. En España, todavía no se sabe. El Gobierno ha reconocido que necesita un anticipo urgente.
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