La decisión de tumbar el gobierno de Pedro Sánchez ha creado fracturas en el grupo de Unidas Podemos. Según las fuentes consultas, Alberto Garzón, coordinador nacional de Izquierda Unida, manifestó minutos antes de la celebración de la votación su propuesta de aceptar la última oferta socialista. Coincidieron con él otros dirigentes del grupo, preocupados de que a partir de ahora el PSOE decida retirar todo tipo de oferta de coalición a Unidas Podemos. Pero Pablo Iglesias se mantuvo firme en no ceder ante Sánchez.
El grupo confederal de Unidas Podemos se reunió en una sala del Congreso para decidir su posición minutos antes de la sesión de esta tarde. En esa reunión hubo "diferentes posturas", afirman fuentes del grupo. Y no todos coincidieron en la decisión de abstenerse, si Sánchez rechazaba una última propuesta presentada directamente desde el hemiciclo. Algunas fuentes de Unidas Podemos apuntan incluso a que el propio Garzón desconocía esa estrategia: “Hay mucho enfado”, aseguran desde IU.
Durante su intervención, Iglesias sorprendió lanzando una última propuesta al PSOE. Pidió a Sánchez competencias en políticas activas de empleo a cambio de renunciar al control del ministerio de Trabajo, una línea roja de los socialistas. La respuesta negativa la dio Adriana Lastra y Unidas Podemos solo le quedó abstenerse, frenando la elección de Sánchez. La segunda vez después de la investidura fallida de 2016.
Propuesta "tramposa", pero aceptable
El malestar cunde sobre todo en IU. La formación de Garzón, que en el Congreso tiene siete diputados, anunció la votación de sus bases dos horas antes de la investidura. En esa consulta los afiliados se decantaron por la abstención, pero el núcleo duro de dirigentes consideró oportuno debatir la posición final, y según varias fuentes apostaron por la conciliación con el PSOE.
El socialista había confirmado su idea de entregar a Podemos una vicepresidencia social, con el control de ministerios como Igualdad, Vivienda y Sanidad. Con IU, también otras formaciones del grupo confederal de Unidas Podemos veían oportuno aceptar la propuesta de Sánchez.
Sin embargo, desde la dirección de Podemos aseguraron a lo largo del día que la nomenclatura era “tramposa”, y que simplemente se trataba de secretarías y direcciones generales sin fondos, maquilladas como si fueran ministerios. Es una “tomadura de pelo inaceptable”, comentaban algunos, aunque oficialmente la posición del partido es la de seguir buscando el acuerdo de aquí a septiembre.
También en Podemos, sin embargo, existe cierto malestar. Miembros de la formación califican de “error” la última jugada de Iglesias. Sostienen que las políticas activas de empleo “no son competencias estatales”, y otros afirman que el desenlace de la votación ha sido “de locos”.
Sánchez ya amenazó con no repetir en septiembre la oferta de coalición a Podemos. Aun así, desde el partido morado creen que sí se puede reconciliar la situación: “Mantenemos la mano tendida”, intentó apagar las llamas la portavoz Ione Belarra esta tarde. El problema, no obstante, ahora es a nivel interno. “El enfado existe”, repiten desde IU.
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