Pablo Iglesias no quiere más problemas. El líder de Unidas Podemos, que está liderando la negociación con Pedro Sánchez para formar un gobierno rojo-morado con el apoyo externo de los independentistas, se inclina por no otorgar a Alberto Garzón un ministerio. “Si hay más espacios, serán para mujeres”, señalan desde la cúpula de Podemos críticos con algunos movimientos que en su opinión el coordinador de IU ha dado en los últimos días para alcanzar una cartera ministerial.
Fuentes de Podemos pero también de IU señalan que Garzón ha expresado su deseo de tener un ministerio y está trabajando con todas sus fuerzas para lograrlo. En una entrevista en Europa Press concedida en coincidencia con la salida de su nuevo libro ¿Quién vota la derecha? (Península), Garzón dijo que "como dirigente de IU y como militante" está dispuesto "a asumir las responsabilidades que se decidan colectivamente".
Estas declaraciones, sin embargo, han creado malestar en la coalición de Unidas Podemos. Iglesias y sus más cercanos dirigentes revelan “cansancio” ante las presiones que perciben. La fractura viene de lejos: concretamente desde la investidura fracasada de julio, en la que el coordinador de IU buscó (y logró) al margen de Iglesias que los socialistas ampliaran su oferta. Ya entonces Juan Carlos Monedero advirtió a Iglesias.
Ahora que la situación parece desbloquearse, afines de Iglesias miran con sorpresa la intensidad con la que Garzón intenta hacerse con un ministerio, recordando, además, que hace pocos meses era él quien estaba dispuesto a ofrecer un apoyo externo al PSOE sin coalición.
Menor visibilidad
El problema para Garzón es que, además de la desconfianza de dirigentes próximos a Iglesias (y posiblemente del propio líder máximo), también en su partido algunos prefieren otros perfiles. Se trata por ejemplo de los comunistas de Enrique Santiago, que no están dispuestos a facilitar que Garzón tenga un ministerio. Consideran que en IU su papel está desdibujado y que antes que Garzón vendría el propio Santiago.
El propio Iglesias se está decantando por esa tesis. “Si se abre un hueco, Pablo quiere que lo ocupe una mujer”, añaden fuentes cercanas al líder morado, a la vez que destacan que el secretario general “no quiere más problemas”. “Todo empezó el mismo martes en el que se firmó el pacto con Sánchez”, aseguran algunos dirigentes de Podemos, que también sospechan de que el coordinador de IU está detrás de algunas filtraciones mediáticas.
"Pablo no quiere problemas"
Nadie excluye que Garzón pueda obtener un cargo relevante en el próximo Ejecutivo. Pero la mayoría de las fuentes consultadas descartan, de momento, un ministerio. El problema, reconocen, es que el valor político no es el mismo: “Una dirección general te permite ganar tiempo, pero políticamente pierdes visibilidad”, comentan.
Hasta ahora, se dan por cerrados los ministerios de Igualdad para Irene Montero, y el de Universidades para un dirigente de los Comunes. La clave, no obstante, será el Ministerio de Trabajo, que hasta ahora se ha asociado a Yolanda Díaz, pero que podría complicarse tras las reticencias de los empresarios y la negativa incluso de sectores sindicales de desgajar Seguridad Social de Empleo. Y que un veto de Sánchez podría traducirse en otro departamento o dos para los morados.
A medida que se empieza a hablar de un cuarto ministerio para Podemos, algunos ven la sombra de Garzón. De tal manera que incluso en el PSOE algunos aseguran que Sánchez no tiene una decisión firme. Y en Podemos empiezan a sospechar de que dependiendo lo que ocurra con Yolanda Díaz entre sus propias filas algunos piensan poderse aprovechar de la situación con fines personales. “Pablo no quiere más problemas”, sentencian desde el partido morado.
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