La invectiva del diputado del de Ciudadanos Juan José Girauta contra el PSC a través de su cuenta de Twitter, calificando al partido de Miquel Iceta de "lameculos paniaguados mezclados con ladrones pijos", ha traído como consecuencia que Manuel Valls haya roto los últimos puentes que tenía con la formación naranja.
Tras el fracaso la moción de censura de Cs contra Quim Torra, Girauta dijo sentirse decepcionado con el PSC y arremetió con dureza contra los socialistas catalanes. "A mí ya no podía: lo abandoné hace 33 años sabiendo lo que era: un partido de lameculos paniaguados mezclados con ladrones pijos. Traidores, acomplejados, inmorales y nacionalistas dedicados a servirle a Pujol la cabeza del área metropolitana", escribió el dirigente naranja.
Unas palabras que hasta el propio Albert Rivera dijo no compatir y que llevó a Valls y su número dos en el Ayuntamiento de Barcelona, Eva Parera, a criticar el tono despectivo de Girauta y poner tierra de por medio con Ciudadanos, el partido que les apoyó en la plataforma Barcelona pel Canvi.
La primera en reaccionar fue Parera, quien reprochó al dirigente de Ciudadanos el lenguaje utilizado para criticar al PSC cuando, precisamente, la moción de censura contra el presidente de la Generalitat llevaba por título la 'moción de la convivencia'.
Este lenguaje degrada a la persona que lo utiliza, al partido que representa, a la institución en la que sirve y a la política en su conjunto. La crítica no está reñida con el respeto. Le recuerdo que a la moción la han puesto el título de “moción de la convivencia”. https://t.co/kHOq76NSNx
— Eva Parera (@PareraEva) October 8, 2019
Acto seguido fue Valls quien anunció que, a diferencia del 28-A, en esta ocasión no votará a Ciudadanos. Y lo justificó por "los errores de Rivera en Cataluña", según indicó el ex primer ministro francés en una entrevista en La Sexta.
"Repetir elecciones es perder tiempo. Todos saben que los grandes partidos constitucionalistas tendrán que pactar, de una manera u otra", subrayó Valls , quien lamentó la "ocasión perdida" por parte de Ciudadanos para lograr un acuerdo con el PSOE durante la efímera legislatura pasada, cuando se trataba de una alianza "bastante natural".
"¡Qué error tan grave de Albert Rivera y Ciudadanos! Lo pueden pagar en las próximas elecciones. Yo no voy a votar a Ciudadanos, no es posible para mí", señaló el concejal de Barcelona pel Canvi antes de calificar de "desgracia para la democracia" las palabras de Girauta. "Si no se respetan entre ellos, cómo van a pensar los ciudadanos que los políticos les van a respetar", hizo hincapié.
Sorpresa en la decisión
La decisión de Valls de no votar por Cs el próximo 10-N ha sido una sorpresa porque quería dejar el debate del sentido de su voto hasta después de la sentencia del procés, según supo Vozpópuli de fuentes solventes. Hace unos días, en una entrevista en Crónica Global, el exprimer ministro galo afirmó que recomendaría a sus seguidores votar por el partido "más constitucionalista", aunque no tenía decidido cuál.
Por lógica, Valls metía en el mismo saco a PP, PSOE y Ciudadanos a la espera de que salga la sentencia del procés y se vea cómo reacciona cada partido al previsible desafío independentista, pero ahora ha eliminado de esta terna a la formación de Rivera, la que más apostó a principios de año para que compitiese por el trono consistorial de Barcelona.
El matrimonio de conveniencia entre Valls y Rivera se rompió a mediados de junio cuando el primero apoyó con su voto y el de otros dos compañeros la investidura de Ada Colau al frente del Ayuntamiento barcelonés. Una decisión que rompió por la mitad al grupo Barcelona pel Canvi y que dejó muy maltrechas las relaciones con Ciudadanos. La ruptura definitiva llegó ayer.