El Gobierno no tira la toalla todavía en materia presupuestaria por la crisis en Cataluña. Ayer por la mañana tanto el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, como el portavoz del Gobierno Vasco, el peneuvista Josu Erkoreka, confirmaban la prórroga de los Presupuestos de 2017 que había adelantado Vozpópuli, pero por la tarde el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, matizó que el Gobierno se va a dar más tiempo.
Montoro explicó que el Consejo de Ministros tampoco va a aprobar el proyecto de ley esta semana, aunque confía en que pueda ser la próxima. "Estamos en minoría y tenemos que seguir trabajando hasta que tengamos apoyos", apuntó Montoro, quien añadió que "no siempre tienen que ser los mismos socios los que apoyen al Gobierno", en clara alusión al PSOE si el PNV no les apoya.
Sin embargo, apuntó que si finalmente no los hubiera "no pasa nada, ya que en todo caso habría presupuesto en España, que sería el del 17", algo que, recordó, "ha ocurrido en varias ocasiones".
Según fuentes del Ejecutivo, aunque la Constitución señala que la entrega del proyecto de ley a las Cortes debe realizarla el Gobierno a 30 de septiembre, hay precedentes de retraso -el Gobierno de Felipe González lo hizo en 1984, presentándolos en octubre- porque lo importante legalmente es que las cuentas del Estado salgan aprobadas definitivamente a 31 de diciembre del año anterior.
Siempre según estos cálculos, el Gobierno tiene otras tres semanas antes de verse obligado a entregar los Presupuestos de 2018 al Congreso para que empiece el trámite parlamentario; eso sí, con un acortamiento de plazos inusual y obligando a los parlamentarios a acudir a votarlos un 21 de diciembre, habitualmente período vacacional.
Todo con tal de ganar tiempo para que pase la tormenta política en Cataluña y el PNV pueda retratarse de nuevo votando con el PP. Por estrategia -para evitar el impacto de otra noticia negativa sumada a las que provienen de Cataluña- la propia vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, señalaba en los pasillos del Senado que "seguimos negociando" con el PNV, pero ya advertía que solo llevarán los presupuestos al Congreso cuando se constaten "avances que permitan vislumbrar que pueden ser aprobados con éxito".
Y minutos más tarde, el ministro de Economía, Luis de Guindos, iba un paso más allá: "Soy optimista, espero que se consiga aprobar los presupuestos, porque son además los que sacarán a España del brazo correctivo del procedimiento de déficit excesivo".
En privado, desde hace días nadie del Gobierno da un euro porque los Presupuestos 2018 salgan adelante en lo que resta de año tras el agravamiento de la crisis en Cataluña. Así que a Montoro no le ha quedado más remedio que vender otro retraso de una semana.
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