El Consejo de Ministros de Pedro Sánchez hace aguas. La polémica en torno a la sociedad del ministro de Ciencia, Pedro Duque, ha estallado en plena crisis por las grabaciones de la ministra de Justicia, Dolores Delgado. Los casos de Duque y Delgado se unen a las dos dimisiones (de momento) en poco más de 100 días y a un sinfín de problemas que comparten un denominador común: los ministros que Sánchez incorporó de la sociedad civil no están siendo capaces de aguantar el tipo. El propio listón de "ejemplaridad" del presidente y el escaso apoyo que les ha brindado ante cada contratiempo les ha dejado a los pies de los caballos.
La preocupación en el PSOE es evidente. Fuentes socialistas explican a Vozpópuli que los ministros políticos, los profesionales, son los que están sosteniendo el Gobierno. Se trata de José Luis Ábalos, Meritxell Batet, Josep Borrell o la propia vicepresidenta Carmen Calvo. En frente, dicen, el experimento de Sánchez, tan bien acogido en un principio, de fichar figuras de renombre pero alejadas de la vida política, está resultando un desastre.
'Ministerio de Dimisiones'
No hay semana sin sobresalto en el Consejo de Ministros. El Mundo Today, diario satírico online, dio en la diana con una de esas informaciones inventadas que se acaban compartiendo en todos los grupos de Whatsapp: "Pedro Sánchez crea un Ministerio de Dimisiones". Ni siquiera es necesaria una ilegalidad, como ha demostrado el incendio que ha desatado el caso de Duque. La sociedad patrimonial del astronauta ha eclipsado las grabaciones de Delgado, mucho más graves por su contenido. La titular de Justicia está en la picota por unas supuestas charlas sobre la contratación de prostitutas o episodios que comprometen a miembros de la carrera judicial en Cartagena de Indias, Colombia.
Los casos de Duque y Delgado se suman al de Máxim Huerta, que tuvo que dejar Cultura a los pocos días de tomar posesión tras hacerse público que defraudó casi 220.000 euros a Hacienda. Los problemas de los outsiders del Consejo también son de índole política. El más sonado hasta el momento es la crisis diplomática con Arabia Saudí provocada por la titular de Defensa, Margarita Robles. El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, ha vivido sus propias crisis con la migración o el cese del jefe de la Unicad Centrol Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Otra de las incorporaciones de Sánchez; la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera; experimentó su propio calvario con el impuesto al diésel. Ribera se dijo y se desdijo varias veces. Hay una falta de instrucción, dicen estas fuentes. No saben por dónde tirar y cómo tratar con los medios de comunicación. La comparecencia de Duque es el mejor ejemplo. El astronauta ha dejado casi más dudas que certezas. El listón, exagerado en opinión de muchos, que ha puesto Sánchez está generando estos problemas.
"Lo mejor de España"
El presidente generó una cierta ola de ilusión durante su primera semana en la Moncloa. Sánchez mantuvo la expectativa elevada sobre la composición de su nuevo Ejecutivo con filtraciones medidas. Y se reservó sorpresas como la de Huerta y la abrumadora mayoría de mujeres para la rueda de prensa del 7 de junio. En aquella comparecencia, donde dio a conocer los nombres de su Consejo de Ministros, Sánchez dijo que "el nuevo Gobierno de España es el reflejo de lo mejor de la sociedad a la que aspira a servir". Y añadió:
"Un nuevo Gobierno cuyos miembros son plenamente conscientes de las exigencias democráticas de ejemplaridad pública y dedicación, que la política no es una carrera profesional, sino una etapa más en la vida personal", afirmó.
Son, sin embargo, los considerados profesionales los que están aguantando el tirón. Incluso el socialismo más crítico con Sánchez admite que lo está haciendo bien en su piel de presidente. Y que ha conseguido devolver al PSOE a una órbita ganadora, más allá de la cocina del CIS. Los profesionales, recuerdan, han conseguido éxitos como la exhumación de Franco. Borrell, desde Exteriores, frenó la crisis con Arabia Saudí que amenazaba los contratos con los astilleros de Cádiz.
Este sector del gabinete también ha sufrido los embates del listón de Sánchez. La ministra de Sanidad, Carmen Montón, dimitió tras verse envuelta en un supuesto caso de plagio en un máster de la Universidad Rey Juan Carlos. El propio presidente afrontó una mini crisis por la autoría de su tesis doctoral.
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