Política

El Gobierno esperaba un comunicado: ETA pretende camuflar su rendición

El anuncio de ETA sobre la entrega de armas no ha sorprendido en el Gobierno. Ha llamado la atención la fórmula, una entrevista en 'Le Monde' con un activista de tercera fila. La banda terrorista busca un show porque sabe que no logrará contrapartidas políticas, según fuentes policiales.

El anuncio de ETA sobre una inminente entrega de las armas no ha sorprendido en el Gobierno, donde se esperaba desde hace semanas algún tipo de iniciativa por parte de la banda terrorista en este sentido. El Ejecutivo se enteró de la existencia del comunicado en pleno Consejo de Ministros, de acuerdo con fuentes conocedoras. En las últmas semanas se estaba al tanto de algunos movimientos en este sentido, sin tener certeza sobre la fecha o la vía para llevarla a cabo.

En medios gubernamentales ha llamado la atención la fórmula elegida para efectuar el anuncio: una entrevista en 'Le Monde' a un activista de tercera fila, detenido en diciembre cuando, en compañía de un grupo de simpatizantes etarras intentaba deshacerse de una serie de armas. 

Sólo buscan hacer un espectáculo con la entrega, comentan en fuentes conocedoras de la lucha antiterrorista. Están acorralados, todos los intentos por hacer desaparecer armamento han sido frustrados por las fuerzas de seguridad. Saben que no van a lograr contrapartidas políticas, ni en Madrid ni en París. Y tienen prisa, de acuerdo con esta versión. Temen que de las elecciones francesas surja un gobierno aún más duro que el actual.

Txetx Etcheverri, el autor del anuncio, subraya en la entrevista al vespertino francés que "ETA nos ha confiado la responsabilidad de hacer desaparecer su arsenal". ETA no puede hacerlo, dado el hostigamiento de que es objeto por parte de las fuerzas de seguridad. Su idea es organizar un gran espectáculo, una ceremonia en la que participen entidades cívicas, observadores internacionales y ante un despliegue de medios de comunicación. Una puesta en escena en la que su rendición se convierta en una especie de último gran acto de la banda, comentan estas fuentes. 

La dirección etarra intentó en un primer momento contar con los gobiernos vasco y navarro para sus propósitos, sin conseguirlo. De ahí surgió la idea de ampararse en asociaciones abertzales y mediadores internacionales para consumar sus propósitos. "Tienen prisa, cada vez se sienten más acorralados, tanto en Francia como en España", señalan las mencionadas fuentes. 

Se esperaba en medios del Gobierno alguna iniciativa de este tipo, algún comunicado en torno al 'desarme'. La fórmula utilizada es nueva, nada de mesas, tipos encapuchados y lecturas solemnes de comunicados. "Esto suena nervios y desbandada", señalan conocedores del mundo terrorista. 

Un momento delicado

El momento elegido, sin embargo, ha producido cierta contrariedad en el Ejecutivo español. Las relaciones entre Moncloa y el Gobierno vasco atraviesan unos momentos muy fluídos. El PP acaba de convertirse en la pieza clave para que el PNV saque adelante sus presupuestos. Igual medida espera Rajoy del lendakari Ukullu para que le ayude a aprobar las cuentas públicas del Estado. Este jueves fue el grupo vasco el único que apoyó al Gobierno en su decreto de la estiba. "Son duros, pero de fiar", dicen en el PP.

Moncloa teme que, a la vista del anuncio de ETA, Urkullu introduzca el factor del acercamiento de presos o de la transferencia de las competencias de prisiones en el pacto del presupuesto. El Gobierno central no está dispuesto ni a lo uno ni lo otro, lo que podría entorpecer una negociación que marchaba por muy buen camino. Quizás ETA también ha tenido en cuenta este factor para concretar su anuncio. 

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