"Lo que ha dicho Puigdemont esta tarde es que en unos días nos anunciará si va a anunciar algo", ironizó esta noche en conversación con Vozpópuli un alto cargo de La Moncloa. Y es que el Gobierno no va a reaccionar a la reunión del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, con los partidos independentistas para decidir la fecha del referéndum porque no quiere seguirle el juego.
Ya respondió de forma preventiva esta mañana la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, compareciendo en rueda de prensa para dejar claro, una vez más, que al Gobierno no le temblará la mano y frenará cualquier iniciativa independentista, pero tampoco sobreactuará de forma porque eso alimenta el "victimismo" de los soberanistas catalanes.
En el fondo, el gabinete que preside Mariano Rajoy se ha autoconvencido de que detrás de todo está el "clima preelectoral" que se vive en Cataluña; y por eso relativiza una amenaza aparentemente muy seria para la supervivencia de España como Estado viable.
Sáenz de Santamaría afirmó que los pasos que están dando Puigdemont, el vicepresidente y líder de ERC, Oriol Junqueras, y el conseller de Exteriores, Raül Romeva, tienen "mucho de tacticismo electoral"; se miran de reojo entre sí las tres formaciones del Gobierno catalán porque en unos meses tendrán que competir electoralmente.
El Gobierno está muy satisfecho con la postura del PSOE de Pedro Sánchez de respaldar su respuesta al desafío independentista
Además, el Gobierno no oculta su satisfacción por lo que percibe como un cambio de postura de Pedro Sánchez y su equipo, uniéndose desde primera hora al Gobierno para afrontar junto el desafío a la legalidad. No solo se lo ha dicho Sánchez a Rajoy en la llamada telefónica que le ha realizado esta mañana, sino que el nuevo portavoz del Grupo Socialista, José Luis Ábalos, así lo ha dejado claro en diversas intervenciones a lo largo de la jornada.
"Se está instumentalizando un proceso que no tiene salida (el referéndum) para estar con otro ojo pendiente de las encuestas", recalcó la numero dos del Gobierno horas antes de que Puigdemont se reuniera en Barcelona con los partidos que apoyan en referéndum. "A buen entendedor...", añadió.
En el gabinete de Mariano Rajoy empieza a calar la idea de que Puigdemont está en un proceso típico de acumulación de fuerzas para, una vez fracasado por la vía legal, presentarse ante los catalanes como una víctima de la incomprensión de Madrid y convocarles a unas elecciones autonómicas a fin de recoger los frutos.
