El futuro de la coalición rojo-morada pasa por el mantenimiento del ingreso mínimo vital. La Unión Europea respalda políticas expansivas para superar la crisis del coronavirus. Pero en el Gobierno de Pedro Sánchez empieza a circular el temor de que la Comisión Europea, y sobre todo el Consejo Europeo, impongan a España un retoque importante del ingreso mínimo vital a partir de enero de 2021. De ser así, las fuentes socialistas consultadas creen que se complicará la permanencia de Podemos en el Ejecutivo.
Sánchez confía en recibir unos 140.000 millones de euros de fondos europeos a partir de enero. Espera que la negociación arranque ya en julio. Así lo ha afirmado el miércoles durante su encuentro con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte. Pero mucho está en el aire. Y los países más afectados por la covid-19, entre los cuales se encuentra España, tendrán que lidiar con los del norte de Europa y con sus exigencias.
El Gobierno enviará en octubre a Bruselas su plan presupuestario para 2021, que incluirá una serie de reformas estructurales. En el Gobierno ven como probables retoques durante los encuentros técnicos, pero recuerdan lo importante del proceso deliberativo.
Hasta ahora, la Comisión Europea se ha encargado de fiscalizar las medidas económicas del Gobierno. Pero la crisis de la covid-19 ha relanzado el papel del Consejo Europeo, el organismo que reúne a los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. Este último foro puede tener la última palabra para la entrega del dinero a España, y en el Ejecutivo de Sánchez creen que su posición será menos generosa que la de la Comisión.
Consejo Europeo
“El futuro de las ayudas dependerá de la Comisión y posiblemente también del Consejo Europeo. Esta es la clave, porque los holandeses quieren incluso que se vote por unanimidad”, explican a Vozpópuli fuentes del Ejecutivo. El tipo de mayoría que habrá que alcanzar en el Consejo Europeo será un tema de máxima relevancia. Algunos, como los holandeses, piden un consenso unánime. Otros abogan por una mayoría cualificada. En ambos casos, será esencial la diplomacia para reducir las condiciones de las ayudas.
De ahí que algunos sectores socialistas admitan que el ingreso mínimo vital podría retocarse en el marco del ajuste económico para la covid-19, pilotado tanto por la Comisión como por el Consejo Europeo. La medida, que fue respaldada por la Comisión, implica un gasto público de hasta 3.000 millones de euros. No es excesivo, pero España prevé una caída del PIB del 10% y un repunte preocupante de la deuda. "No se puede descartar, es probable que la UE obligue a corregir el primer borrador presupuestario durante las reuniones".
"Evaluación" de la Comisión y recorte
En el Gobierno esbozan algunas posibilidades, como que la UE pida una "evaluación intermedia" del ingreso mínimo vital a partir de enero, lo que de facto se convertiría en el principio de un retoque o recorte del plan. Eso convertiría la medida estrella del Gobierno de Sánchez e Iglesias en algo transitorio y no estructural. Y pondría en un apuro a Podemos, que ha querido ponerse la medalla de la iniciativa.
El futuro de esa iniciativa dependerá también de cómo Sánchez actúe para reducir el déficit. El Gobierno prevé intervenir en el ámbito fiscal, pero hay que ver cómo y en qué medida. El Banco de España aconseja subir el IVA en determinados productos. En Europa esa idea se da casi por descontada. España goza de niveles del impuesto al consumo muy por debajo de otros países europeos, y nadie estará dispuesto a prestar dinero si ve que el Gobierno de Sánchez no se aprieta el cinturón.
Felipe González, en primera línea
Tras la economía se encuentra, como siempre, la política. Algunos sectores socialistas quieren hacer de la necesidad una virtud. Son los contrarios a la coalición con Pablo Iglesias, que se preguntan: “Cuando la UE obligue a recortar el ingreso mínimo vital, ¿qué hará Iglesias? ¿Dará un paso atrás por coherencia o seguirá pegado al sillón?”.
En opinión de estos segmentos, la crisis económica se hará caliente en otoño y la única solución para garantizar estabilidad a las cuentas públicas será un giro hacia Ciudadanos, con el PP de socio puntual. Sánchez se resiste de momento a esa opción. En su última declaración pública dijo que quiere pactos con el PP, pero con el partido de Pablo Casado siempre en la "oposición".
Figuras del mundo socialista como el expresidente Felipe González trabajan, sin embargo, para que se pueda dar ese escenario de encuentro entre los dos partidos históricos. Como desveló Vozpópuli, González y personas afines a él están intentando que Sánchez no logre poner a hombres de su confianza en los principales medios del país. Entre otros, en Prisa, donde es clave el papel de Telefónica. La batalla está al rojo vivo y todos coinciden en que "septiembre será el mes clave".
González y sus afines se están moviendo también en el espacio comunitario. “Entre el Ibex 35 y la Unión Europea hay mucho terreno de juego”, revelan fuentes socialistas. Y las miradas tanto de Sánchez como de González van cada día más hacia Bruselas y Berlín. Si el Consejo Europeo toma un papel activo en la vigilancia de las cuentas españolas, con el recrudecimiento de la crisis y los recortes la coalición rojo-morada puede tambalearse, aseguran las fuentes consultadas. “La UE hizo caer a Berlusconi y recular a Tsipras. También Sánchez hará lo que le digan”, aseguran en el PSOE.
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