El Gobierno ha querido transmitir esta tarde un mensaje de firmeza tras el desafío de la Generalitat presentando a mediodía las urnas del referéndum ilegal de independencia en Cataluña el próximo uno de octubre.
“No va a haber referéndum el uno de octubre”, ha repetido una y otra vez el portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, que se ha permitido incluso bromear sobre que el recinto en el que la Generalitat ha presentado el 1-O sea de pago. “Hemos pensado hacerlo aquí”, ironizó.
No obstante, el portavoz del Ejecutivo ha estado inusualmente duro con el presidente de la Generalitat al que ha pedido que “reflexione” si cree que tras lo que va a ocurrir el próximo domingo en Cataluña, seguirá en condiciones de liderar el inevitable diálogo posterior.
Porque el Ejecutivo considera que quienes han llevado a Cataluña a la “fractura de la convivencia” incluso entre “familias y amigos” quedan “descalificados democráticamente” para la etapa que se abrirá a partir del próximo lunes.
Respecto a la apertura de los colegios este fin de semana por parte de los padres independentistas con sus hijos en supuestas “actividades extraescolares”, el Gobierno considera que, a pesar de las “tretas” de los soberanistas, la jueza ha sido “meridianamente clara” en su auto sobre la clausura de los centros educativos.
“Nadie está por encima de la ley y el Gobierno va a defender el principio constitucional de soberanía nacional”, que no puede ser usurpado por unos pocos en nombre de todos los españoles y buena parte de los catalanes.
No ha querido Méndez de Vigo entrar en la posibilidad de que los Mossos de Esquadra incumplan las órdenes de los jueces este fin de semana; ni tampoco sobre la posibilidad de que Puigdemont declare la independencia desde el balcón de la Generalitat.
“Ya saben que no me gusta hablar de futuro ni de hipótesis; cada día tiene su afán”, señaló el Ministro.
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