Política

El Gobierno ya no descarta renunciar al Presupuesto 2018 por el rechazo del PNV

El Consejo de Ministros no confirma que este viernes vaya a remitir las cuentas del año próximo a las Cortes: baraja prorrogar los de 2017 hasta que se calme la crisis catalana.

Confirmado el clima enrarecido del PNV hacia el PP que se vivió en el Alderdi Eguna (Día del Partido), este domingo pasado, ya no está claro que el Consejo de Ministros vaya a remitir el viernes a las Cortes el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado 2018, según reconocieron ayer a Vozpópuli distintas fuentes del Ejecutivo.

El titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, había anunciado que la aprobación se retrasaría una semana, del viernes 22 a éste, pero parece ser que tampoco será este viernes. Mariano Rajoy y su equipo empiezan a temer que el agravamiento del desafío independentista en Cataluña por días va a condicionar toda la política española para varios meses y lo que no quiere es generar inestabilidad económica anunciando retrasos "semana a semana".

Así que en los despachos de los Ministerios y en La Moncloa empieza a barajarse la "posibilidad" de prorrogar los presupuestos de 2017, aprobados el pasado junio, "y que en enero, cuando pase este clima, el Consejo de Ministros presente las cuentas al Congreso". Porque sin los cinco diputados del PNV, solo con los votos de PP, Ciudadanos y Coalición Canaria, las cuentas públicas no salen.

De confirmarse ese escenario, el PP hará un sondeo al PSOE in extremis, más que por convencimiento como estrategia para dejar en evidencia ante la opinión pública su oportunismo en un momento grave. El Ejecutivo es consciente de que Pedro Sánchez está con el Gobierno en la respuesta al desafío de Carles Puigdemont, pero será "muy difícil, por no decir imposible" verle abstenerse para dar luz verde a las cuentas públicas de 2018.  

Que expliquen ellos a los ciudadanos vascos por qué van a renunciar a las inversiones en alta velocidad y otras", emplazan diversas fuentes del Gobierno al PNV

Lo que se oyó al lehendakari, Íñigo Urkullu, y al presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en las Campas de Salburúa (Vitoria) el pasado domingo ha causado honda preocupación en el gabinete. "Si no quieren las cuentas de 2018, muy bien. Que expliquen a los vascos por qué renuncian a las inversiones en la "Y" vasca (tren de alta velocidad) y otras", señala una de las fuentes consultadas.

Empieza a cundir la idea de que al PNV le ha entrado el miedo escénico de volver a retratarse en octubre con el Gobierno, en plena respuesta de éste al órdago independentista y con Puigdemont y la plana mayor del independentismo detenida.

Urkullu dijo el domingo que las decisiones políticas y judiciales que se están aplicando en Cataluña pueden llevar a "un escenario de escisión social y de ruptura política e institucional que será muy difícil de revertir en mucho tiempo"; "a los ojos del mundo, el Gobierno español forma parte del problema y no de la solución", llegó a afirmar el lehendakari.

El representante del PDeCAT, Jordi Xuclá, recibió un gran aplauso de los miles de simpatizantes del PNV congregados en un Alderdi Eguna en el que el presidente del partido, Andoni Ortuzar, subrayó que "junto a la defensa de los intereses de Euskadi, buscar una solución para Cataluña va a ser prioritario para nosotros. Pondremos nuestra toda nuestra capacidad de acción política y nuestras posibilidades de influencia y de intermediación para lograr una solución justa y democrática".

Hasta hace semanas, el idilio político PP/PNV parecía ir viento en popa, pero el agravamiento de la crisis por el referéndum del uno de octubre amenaza un acuerdo sumamente ventajoso para los peneuvistas, con inversiones de 5.500 millones a lo largo de distintos ejercicios presupuestarios.

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