Política

El Gobierno también ocultó a la comisión de investigación del Senado los vuelos en Falcon de Begoña Gómez

También se negó a informar sobre las reuniones de Begoña Gómez con embajadores porque "la actividad profesional de la esposa del presidente del Gobierno pertenece a su esfera privada y personal"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez / EP.

El Consejo de Transparencia ha dado un ultimátum para que Presidencia del Gobierno publique los viajes en Falcon de Begoña Gómez. En la Moncloa están acostumbrados a este tipo de duelos con Transparencia, y todo apunta a que harán cuanto esté en su mano para no facilitar la información o hacerlo de manera incompleta. Pedro Sánchez parece empeñado en ocultar a la luz pública los viajes realizados por su mujer en la aeronave militar. Como ha podido comprobar Vozpópuli, el Ejecutivo de Sánchez se las apañó también para no dar esta información a la comisión de investigación comandada por el PP en el Senado.

Según la documentación que obra en poder de este periódico, la comisión de investigación incluyó entre sus solicitudes de documentación a la Moncloa una copia del libro de registro de vuelos de los aviones adscritos a Presidencia del Gobierno, y resto de autoridades del Gobierno de España durante los años 2019 al 2024, con expresión de personas y mercancías transportadas.

En este documento oficial de la Cámara Alta, se especifica que el Gobierno comparta los siguientes detalles:

  1. Autoridad que requiere el vuelo.
  2. Personas transportadas en cada respectivo vuelo.
  3. Fecha del vuelo
  4. Lugar del vuelo
  5. Hora de salida y llegada
  6. Categoría, marca, modelo/variante y registro del RPAS (número de
    serie o matrícula)

Sin embargo, la documentación remitida por Moncloa al Senado está incompleta. En primer lugar, el Gobierno señala que Presidencia "no dispone de un 'registro o libro' de vuelos del jefe del Ejecutivo en aeronaves de las fuerzas aéreas y del espacio, dependientes del Ministerio de Defensa". Y a continuación comparte un listado de vuelos donde solo se especifica la fecha de realización del mismo y el lugar de destino.

De esa forma, el Gobierno no atiende a la solicitud del Senado de detallar las "personas transportadas en cada respectivo vuelo". Gracias a esta maniobra, se oculta en qué y cuántas ocasiones ha dispuesto Begoña Gómez del Falcon, y si en alguna de ellas tenía como fin el desempeño de su actividad particular.

Otro de los asuntos que el Gobierno opta por esquivar son los encuentros profesionales mantenidos por Begoña Gómez. La comisión de investigación del Senado solicitó la "relación de visitas, encuentros y/o reuniones mantenidas por Begoña Gómez con miembros del cuerpo diplomático y consular, así como con organismos internacionales, empresas y/o entidades del tercer sector desde el año 2019, hasta la fecha, incluyendo las visitas a países del continente africano".

Moncloa se desentiende de esta y otras solicitudes similares de información del Senado con el siguiente argumento: "La actividad profesional de la esposa del presidente del Gobierno pertenece a su esfera privada y personal, por lo que la Presidencia del Gobierno no dispone de información sobre la misma".

Una actividad privada que a veces se confunde con la pública del presidente, como cuando recibieron en Moncloa al empresario Juan Carlos Barrabés, que recibió contratos públicos millonarios tras las cartas de recomendación de Begoña Gómez y le ayudó a montar su cátedra en la Universidad Complutense.

Sánchez se rebela contra Transparencia

El mismo Gobierno que está desarrollando un 'Plan de acción democrática' para que los medios de comunicación sean más transparentes se ha rebelado en numerosas ocasiones contra el Consejo de Transparencia para ocultar información. Sánchez ha ignorado de manera sistemática los dictámenes del Consejo de Transparencia para que dé cuenta de los vuelos realizados con Falcon desde que llegó a la Presidencia.

De nada sirve que en sus resoluciones el organismo público argumente que la ley de secretos oficiales (vigente desde el franquismo) no sea argumento suficiente para ocultar a la luz pública esta información. El Gobierno termina haciendo caso omiso y no enviando lo solicitado aunque caduquen los ultimátums.

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