El Gobierno no se fía de Pedro Sánchez, como sí lo hacía de la gestora socialista presidida por Javier Fernández, y quiere ponerle un examen de consenso y estabilidad con ocasión de la negociación del objetivo de déficit para 2018: A diferencia del método seguido con el techo de gasto 2017, el Ejecutivo no va a llamar a las puertas de Ferraz antes de tener atado el apoyo de los presidentes autonómicos socialistas este jueves en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).
Cuatro días más tarde, el lunes 3 de julio, lo aprobará un Consejo de Ministros extraordinario y luego "hay una semana" para hablar con los dos negociadores socialistas, Pedro Saura y Manuel Escudero, antes de que el Pleno del Congreso dé su visto bueno el 11 de julio, ha explicado esta mañana la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, en conversación con los periodistas en los pasillos del Congreso.
La estrategia para Ferraz es clara: hechos consumados. Como adelantó hoy Vozpópuli que se temía la Dirección socialista, al Ejecutivo le conviene dividir al principal partido de la oposición entre un sector pactista, liderado por Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara, Emiliano García-Page, Javier Lambán, Javier Fernández o Ximo Puig, partidario de dar imagen de unidad ante la Comisión Europea en un asunto extremadamente sensible como es el exceso de déficit, y un Pedro Sánchez "radical" y alineado con Podemos en el "no" al techo de gasto.
Nada que ver con lo que ocurrió hace seis meses. En enero, semanas antes de que el procedimiento legislativo del objetivo de déficit para 2017 se aprobara, Mariano Rajoy se puso en contacto con Fernández para recabar su apoyo y el de los barones, que acababan de derribar a Sánchez de la Secretaría general; y luego, eso se tradujo en un pacto marco: subida del 0,5 al 0,6% del PIB en el margen financiero de las comunidades y una elevación del 8% en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), entre otras cosas.
Pero la victoria de Sánchez y no de Susana Díaz ha trastocado los planes de Rajoy. Todavía no ha tenido una entrevista a fondo con el secretario general del PSOE y no parece que la vaya a tener en las próximas horas... Tampoco le hace falta porque pretende dejar en evidencia a su adversario socialista a cuenta del objetivo de déficit.