La detención el verano pasado del exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Enrique García Castaño y la permanencia en prisión desde noviembre de 2017 del presunto cabecilla de la organización, el comisario jubilado José Manuel Villarejo, han logrado que el primero, conocido con el alias de 'El Gordo', cambie su versión sobre la grabación de la conversación que él y el propio Villarejo mantuvieron el 29 de noviembre de 2011 con el expresidente madrileño Ignacio González sobre el 'caso del ático' de Estepona (Málaga).
García Castaño había declarado como testigo, el 2 de febrero de 2016, que la grabación del encuentro con el expresidente de la Comunidad de Madrid tenía "interés policial", y que había sido encargada en noviembre de 2011 por el entonces director adjunto operativo (DAO) de la Policía, Miguel Ángel Fernández-Chico, que falleció pocos meses después.
Sin embargo, en julio de 2018, tras ser arrestado por el 'caso Tándem', 'El Gordo' calificó la grabación de la reunión como "una chorizada" de Villarejo, a quién acusó de manipular la conversación de González.
En su primer testimonio, el de 2016, García Castaño reconoce a la juez Isabel Conejo -que investiga en Estepona si el exmilitante del Partido Popular recibió un dúplex de lujo como mordida- que él había puesto en contacto a González y a su compañero Villarejo, al mismo tiempo que sus superiores estaban informados de la reunión.
"Cumpliendo órdenes"
Al ser preguntado por uno de los abogados, 'El Gordo' destaca que a la reunión, que fue grabada por Villarejo, había ido "cumpliendo órdenes", y que era una de las habituales, ya que fueron a hablar sobre el ático que González alquilaba a un precio por debajo del mercado en la costa andaluza.
Pero en julio de 2018, tras romper con Villarejo, quien había grabado sus conversaciones durante años sin su conocimiento, García Castaño cambia su versión de aquel encuentro celebrado en un local de la madrileña Puerta del Sol. Y entonces, como imputado, asegura que la grabación y su posterior difusión había sido "una chorizada" de su compañero y, según anticorrupción, "socio" en negocios turbios.
"Cuando se monta la movida de Ignacio González, que él filtra la conversación y va a hablar con Ignacio González, él es el que le provoca: lo que dice es provocado por él", asegura García Castaño, que se sintió traicionado: "Yo he sido el que te ha llevado a la reunión, tú eres el que me ha grabado a mí sin conocimiento mío ni conocimiento de nadie, esto es una chorizada", declaró.
En su testimonio como imputado en 2018, 'El Gordo' llegó a decir al juez que Villarejo "se metía una grabadora en el bolsillo, adornaba el asunto, iba provocando a uno y a otro, y no sé con qué fines, chantajear o...".
Presuntos "mafiosos"
El 'caso Tándem' ha acabado con una relación de años de amistad y de pingües negocios entre estos dos presuntos "mafiosos", tal y como los define el ministerio público, que considera que en 2005 fundaron "un consorcio criminal que, guiados exclusivamente por su ánimo de lucro" trataron de "poner en marcha un plan para hacerse ricos".
Ese supuesto plan, que ha desmontado la intervención conjunta de la Fiscalía anticorrupción y de los agentes de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, pasaba porque García Castaño facilitara a Villarejo los números de teléfono de los espiados, y también sus tráficos de llamadas.
Con estos datos de carácter privado, obtenidos al margen de la ley, la organización criminal hacía informes a personas del "ambiente bancario, despachos abogados, de la alta sociedad del país y grupos empresariales", según reconoció en su declaración el propio García Castaño al anterior instructor del 'caso Tándem', Diego de Egea.
Pero en el caso de Ignacio González, 'El Gordo' fue el encargado de poner en contacto al presunto cabecilla de la red de corrupción destapada con la operación 'Lezo' y al comisario Villarejo, que grabó una conversación en la que el político.
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