Política

Guerra en el PSOE de Asturias por desalojar a Adrián Barbón y hacerse con el control del partido

Algunas fuentes sitúan a la delegada del Gobierno, Adriana Lastra, detrás. Otras apuntan al expresidente Javier Fernández. Todo movimiento toca leerlo ante un previsible final de Sánchez

Dirección del PSOE de Asturias, en una imagen de archivo.
Dirección del PSOE de Asturias, en una imagen de archivo. EUROPA PRESS

La Federación Socialista Asturiana (FSA) lleva varias semanas enviando extrañas señales al universo político español. Está previsto que este mismo jueves un autodenominado sector crítico -que dice contar con el respaldo de cuatro alcaldes y decenas de concejales- presente una moción de censura contra el secretario general, Adrián Barbón, con el pretexto de que la dirección política de la FSA está "secuestrada" por Izquierda Unida, según explican fuentes anónimas de este grupo citadas por Europa Press.

No obstante, algunas fuentes consultadas en el PSOE sitúan a la delegada del Gobierno en esta comunidad, Adriana Lastra, detrás del intento de derribar al presidente. Todo sería, según el relato de estas mismas fuentes, otro intento de la ex vicesecretaria general socialista de tomar mando en plaza en el partido. Otras fuentes apuntan al expresidente de Asturias Javier Fernández, quien se ha mostrado vehementemente en contra del pacto fiscal catalán y quien estaría presionando a Barbón para que lo rechace expresamente.

Lo cierto es que el presidente asturiano no ha querido bombardear a Pedro Sánchez y se ha limitado a pedir que la reforma del modelo de financiación se aborde de manera "multilateral". Aunque él mismo pidió un cónclave del partido para abordar el tema. En verdad, todo movimiento dentro de la FSA toca leerlo ante un eventual final del presidente del Gobierno al frente del puente de mando de Ferraz.

Barbón, por el momento, se crece con el amago de botín: "Lo que puedo decir es que me someteré a votación que sea necesaria. Y además quiero clarificar que cuando llegue el congreso me voy a presentar a la reelección como secretario general del PSOE y como presidente del Principado en 2027, me apasiona este momento que pasa por romper la dinámica de pesimismo antropológico”, dijo este lunes tras justificar su asistencia el sábado pasado al acto de toma de posesión de Salvador Illa en Barcelona.

Mientras, el dedo de Pedro Sánchez se mueve para controlar la vida orgánica del PSOE. Las fuentes consultadas en la dirección socialista acercan el escenario del congreso federal del partido para el próximo octubre. El presidente es consciente de que los escándalos que le rodean -los casos que afectan a su mujer, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez- están avivando los pocos focos de contestación interna que subsisten en el PSOE. El último cónclave, el 40, se celebró los días 15, 16 y 17 de octubre de 2021. Y los estatutos dejan claro que el siguiente se puede convocar entre el tercer y cuarto año desde el anterior. Aunque otras fuentes alejan la posibilidad de que los socialistas se citen, más aún con el embrollo de la financiación sin resolver.

En cualquier caso, lo que está claro es que Lastra es una de las más activas en el frente contestatario a la actual dirección. Fuentes del partido explican a este diario que la salida de Lastra del Congreso, a cuyo escaño tuvo que renunciar para desempeñar como delegada del Gobierno, no tenía otro objetivo que apartarla de la vida orgánica del PSOE. "Ahí la tienen neutralizada. El objetivo es que no la líe", cuenta a este diario una veterana socialista. Sánchez tejió un grupo parlamentario a su medida. Y no quiere que nada ni nadie remueva las aguas del partido. Pero ahora, tras su llegada a Asturias, comienza el ruido otra vez.

Sánchez forzó la renuncia de su ex número dos para cortar sus intentos de controlar el partido. La política asturiana tuvo enfrente al secretario de organización, Santos Cerdán, fiel escudero de Sánchez, y perdió la pelea por el control interno del PSOE. No obstante, hace poco más de un año, la asturiana rechazó el ofrecimiento del presidente para ser ministra de Sanidad, según contó ella misma. El presidente acostumbra a recompensar a sus rivales.

Varias fuentes de Ferraz consultadas por este diario apuntan que Lastra, dada su trayectoria y su juventud, está aguardando su momento para volver a la primera línea. Pero no lo hará para vincularse de nuevo con Sánchez después de que este le apartara. El cargo en la delegación le ha permitido tomar perfil institucional y desvincularse, en la medida de lo posible, de las siglas del PSOE actual.

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