Jaume Collboni se encuentra en serios apuros para conservar la alcaldía de Barcelona tan solo un año después de iniciar mandato. Su Gobierno se encuentra en minoría, de ahí que el socialista se haya abierto a dar entrada a ERC en el Ayuntamiento para asegurar el gobierno municipal hasta 2027. El problema es que las bases de la formación independentista no ven con buenos ojos un pacto y la prohibición de los pisos turísticos podría ser un primer paso para cambiar su opinión.
El mandato pende de un hilo, hasta el punto de necesitar una moción de confianza para poder sacar adelante los presupuestos del presente ciclo económico. La consolidación de un gobierno fuerte depende de la entrada de ERC, por eso la insistencia de Collboni en anunciar medidas que regulen el turismo o, en este caso, la rescisión de todas las licencias de uso turístico en 2028. En los últimos meses, Collboni ha inaugurado, por ejemplo, varias promociones de vivienda y durante las últimas semanas ha destacado la importancia de evitar el turismo masificado.
ERC, a través de su líder en el Ayuntamiento, Elisenda Alamany, ha sido una de las voces que más ha insistido en buscar "respuestas urgentes" al problema de la vivienda en Barcelona. De hecho, la medida ha sido aplaudida por la formación independentista, aunque con cierto escepticismo por establecer plazos demasiado largos.
Esta tesis es compartida con el Sindicato de Inquilinos de Barcelona, que catalogan la medida como un brindis al sol: "El contexto político de los próximos cuatro años es incierto, y por tanto este anuncio podría caer en cualquier momento antes de llegar a aplicarse".
Además, también está en juego el Gobierno de la Generalitat entre los mismos actores: PSC y ERC. Ambas formaciones negocian las condiciones de un pacto de Gobierno y este guiño acerca de manera irremediable posturas con los independentistas, que piden un concierto económico a la vasca, algo que a priori Illa no está dispuesto a conceder por salirse del Estatut.
La teniente de alcaldía de Urbanismo, Laia Bonet, insistió en que ambas negociaciones son temas completamente distintos, aunque bien es cierto que los acuerdos entre PSC y ERC a nivel autonómico afectarán de manera irremediable a las normativas que pueden aprobar los ayuntamientos de Cataluña.
De este modo, ERC tiene en su mano la gobernabilidad de Barcelona y Cataluña, lo que irremediablemente afectará a la forma en la que Collboni e Illa encararán sus respectivas negociaciones.
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