Hacienda ha vuelto a enmendar la estadística ‘oficial’ de afiliación de los partidos políticos que tan orgullosamente exhiben sin facilitar los detalles. Según los datos de la declaración de la renta de 2023 (últimos publicados), relativa al ejercicio fiscal de 2022, sólo 286.852 contribuyentes (se excluye a vascos y navarros), unos 6.000 más (2%) que en el ejercicio anterior, se aplicaron la deducción correspondiente a las cuotas de afiliación y aportaciones privadas.
Sin embargo, este leve incremento no supuso un alza de las cantidades objeto de la reducción en el IRPF ya que el importe en cuota alcanzó los 5,44 millones netos (0,5% menos) frente a los 5,47 millones del año anterior. Es decir, se ha registrado al mismo tiempo una pequeña minoración de las cantidades aportadas. La media por persona es de 19 euros frente a los 21 en el año previo a la pandemia o los 23 euros en 2016 cuando se cambió la normativa fiscal. A partir de ese año la deducción de estas contribuciones a los partidos se realiza en la cuota del impuesto (antes se hacía sobre la base Imponible que beneficiaba a quienes declaraban más ingresos) y es del 20% con una base máxima de hasta 600 euros anuales.
Esos 286.852 declarantes afiliados a los partidos, parece la cifra correcta porque no tendría sentido que no optaran al beneficio de la deducción del IRPF, representan el 0,8% del número total de votantes en ese ejercicio (35,1 millones residentes en España) y el 1,2% de los contribuyentes totales (22,9 millones). El porcentaje sale más bajo (0,7%) si se incluye el número total de votantes sumando a extranjeros en España y españoles en el extranjero con derecho a voto (37,4 millones) y llega al 0,6% si se tiene en cuanta la población.
En todo caso, se trata de una de las cifras más bajas que se conocen de nuestro entorno y ponen en duda la información de los propios partidos de que ahora tienen cerca de 1,3 millones de afiliados. Hace diez años facilitaban más de 1,5 millones y se situaban en el segundo lugar en el ranking europeo sólo por detrás de Alemania. Esos 286.852 afiliados totales representan ahora mismo casi una quinta parte de las cifras que facilitan los grupos sin contraste alguno. Por ejemplo, en ese mismo ejercicio fiscal el Partido Popular declaraba tener 794.344 afiliados mientras que el PSOE apuntaba 154.819; unos 490.000 señalaba Podemos y Vox superaba los 60.000, aunque recientemente ha reconocido que ahora se encuentra en la mitad, mientras que Ciudadanos manifestaba entonces 23.000 (las últimas cifras apuntaban a sólo 3.000).
Opacidad informativa
No salen las cuentas que manifiestan los partidos, quizá porque para engordar la estadística incluyen desde los afiliados en situación de alta y baja en el mismo año a los militantes que no pagan o a simples simpatizantes. Por ejemplo, en las elecciones primarias que el PP celebró en 2018 para decidir la sustitución de Mariano Rajoy sólo pudieron votar a los candidatos presentados (Pablo Casado, Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal) los afiliados que estaban al corriente de pago de sus cuotas. Y sólo pudieron hacerlo 66.384.
Es decir, los partidos han inflado sus datos para aparentar una presencia en sus filas de los ciudadanos que en realidad no existe y que en muchos casos sólo sirve de salvoconducto para acceder a un empleo o a las contrataciones públicas en las distintas Administraciones o entes en que gobierna el correspondiente partido. Lo que sí se está comprobando es que se está produciendo una enorme inflación de nuevos grupos.
Según los datos del Registro del Ministerio de Interior, a finales del año pasado había censados 6.294 partidos en toda España, 1.809 más que en 2020 y 4.500 más que a principios de los años 2.000. Se trata de un nuevo récord ya que la creación de partidos suele activarse en los años electorales posiblemente en búsqueda de las subvenciones públicas, que se han convertido en el principal sustento de las organizaciones, y de una salida laboral.
En todo caso, esta información incontestable de la Agencia Tributaria, a quien los partidos debe informar mediante una declaración informativa (modelo 182) y cuyo pago se realiza por domiciliación bancaria individual de los afiliados, evidencia la poca confianza que proyectan sobre los ciudadanos a pesar de las bonificaciones fiscales.
En cuanto a las aportaciones, según los datos publicados por los dos principales partidos nacionales, el PSOE presupuestó 9,8 millones de ingresos en 2022 por cuotas de afiliados (no se conoce la liquidación) y según las cuentas anuales del PP la cifra llegó a 5,9 millones (incluye las aportaciones de los altos cargos). Lo que es evidente es que los partidos no viven de la caja obtenida por las afiliaciones sino de las subvenciones públicas. Por ejemplo, según los datos del listado de grandes beneficiarios de ayudas públicas los partidos más representativos se embolsaron unos 70 millones en ese año.
Más afiliados en las CCAA del PP
Hacienda no facilita los datos individualizados por partidos ni por tramos de renta para saber dónde se concentran los afiliados. Pero, por CCAA salen algunos datos interesantes. Por ejemplo, es en las comunidades que gobierna el PP dónde hay mayor número de contribuyentes afiliados. Así, un tercio de los afiliados españoles se encuentra entre Andalucía con 47.364 contribuyentes (16,5% de estos declarantes) y Madrid con 46.433 (16,3%). En tercer lugar aparece Cataluña, la segunda región española con mayor población y número de votantes tras Andalucía, con 38.358 afiliados (13% del total), y la Comunidad Valenciana con 31.384 y el 11% del total registrado.
La Rioja está en la cola con sólo 3.516 afiliados (1,2% del total de los partidos en España), pero lidera el porcentaje respecto al número de electores. Es decir, el 1,5% de los riojanos está afiliado a un partido y el 1,4% de los aragoneses así como el 1,3% de los asturianos, pero, por ejemplo, en Cataluña y Andalucía sólo alcanzan el 0,7%. Madrid se sitúa en el 1%, lo mismo que Castilla La Mancha y Castilla y León.
Llama la atención que en la región catalana, en plena efervescencia política e ‘indepe’, sólo haya poco más de 38.000 afiliados a los partidos con un censo electoral de más de 5,4 millones de personas. También es destacable que la comunidad madrileña sea la que lidere el importe de las aportaciones a los partidos con casi 1,1 millones de esos 5,4 millones deducidos en la cuota del IRPF. Es decir, prácticamente el 20% de las deducciones por afiliación proceden de Madrid y poco más del 16% de Cataluña así como un 15% de Andalucía y el 11% la Comunidad Valenciana. La Rioja sólo contribuye con el 0,8% de los importes, Cantabria con el 1,4% y Baleares con el 2,4%.
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