Profunda amargura en Podemos. Desde la formación morada insisten en que los socialistas “no quieren” un gobierno pactado con Podemos y que en las cinco reuniones mantenidas entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias simplemente “no ha pasado nada”. Lo único cierto a esta altura de la película es que Iglesias convocará una consulta entre sus bases para que ratifiquen la posición planteada por la dirección. En ella, varios dirigentes de Podemos apuntan a que se está planteando votar que no.
Los días que Podemos maneja para su votación interna son del del 15 al 21 de julio, la última semana antes de la investidura. En ella estarán convocados los más de 180.000 inscritos considerados activos en el partido, es decir, personas que han participado en las últimas votaciones convocadas en el último año.
Decisión de la dirección
La convocatoria de una consulta interna es una prerrogativa del secretario general, según los estatutos de Podemos. Ese reglamento establece que el líder de la formación pueda someter a votación de las bases “cualquier circunstancia de relevancia orgánica o política excepcional”.
Muchos en el partido morado recuerdan que en estas votaciones las bases suelen ratificar el planteamiento de la dirección. “Simplemente depende de cómo se formula la pregunta”, comentan. Dejan así entender que si Iglesias se decanta finalmente por rechazar la propuesta de gobierno en minoría del PSOE, los inscritos con toda probabilidad la acatarán.
Hasta ahora, fuentes del entorno de Iglesias comentan a Vozpópuli que respaldar un gobierno en minoría del PSOE sin obtener nada a cambio sería un “suicidio”. Añaden que lo que se planteó en la moción de censura a Rajoy ahora no es viable, aunque el silencio de las últimas horas deja abiertos múltiples escenarios.
Guerra del relato
Este diario adelantó que Iglesias ya planteó ante su cúpula la posibilidad de ceder para evitar nuevas elecciones. Iglesias se enfrentó entonces al núcleo más duro y reacio a esa opción: miembros destacados de su ejecutiva que le dijeron que esa cesión equivaldría a una “humillación”. Pero la alternativa de una repetición electoral no es muy alentadora.
Todos los sondeos publicados coinciden en que, de repetirse los comicios, lo más probable es que Sánchez gane escaños y que Podemos los pierda. Además, se añade la incógnita de la posible inclusión en la contienda de Íñigo Errejón. El ex número de Podemos, ahora líder de Más Madrid, está trabajando para construir su nueva plataforma y nadie de su formación descarta que decida presentarse a última hora.
El temor entre los miembros de Podemos es bajar a niveles como los de Izquierda Unida de hace 15 años. Aun así, también señalan que Iglesias “no le tiene miedo a las urnas”; que está confiado en sus habilidades en la campaña electoral y que la “marca Podemos sigue tirando”.
Mientras, sube la tensión. “Pedro Sánchez nos ha trasladado que llevará al país a elecciones si no cuenta con apoyos en la investidura de julio”, dijeron ayer desde Podemos. “Nunca se ha producido una propuesta de ministerios. Callamos por responsabilidad, pero hay límites que no podemos permitir”, contestó la portavoz socialista, Adriana Lastra. Por la tarde, la publicación de una información según la cual Iglesias le pidió a Sánchez ser vicepresidente alimentó la ira de los morados. “Es absolutamente falso”, zanjaron.
Ante la impasse, cada formación trabaja para construir un relato que señala a su contrincante como responsable de la nueva convocatoria electoral. Si el próximo 23 de julio fracasa la investidura de Sánchez, el reloj electoral se activará y el país podría volver a medirse a nuevas elecciones el 10 de noviembre. Quedan pocos días para resolver el embrollo.
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