Pablo Iglesias comparte el sueño de Miquel Iceta de que a nivel nacional, catalán y local de Barcelona encajen todas las piezas. Se trataría de una especie de tripartido que pasaría de la Moncloa a la Generalitat, y que permitiría a Iglesias hacerse con la vicepresidencia del gobierno; a Pere Aragonés convertirse en presidente de la Generalitat, y consolidar en la alcaldía de Barcelona a Ada Colau. “Me gustaría” que ERC gobernara la Generalitat, dijo el propio Iglesias en el Congreso hace pocos días.
A ERC le interesa evitar que el PP y Ciudadanos sean los aliados de Sánchez en el gobierno nacional. Pero, sobre todo, quiere poner sus manos en el suculento gobierno catalán. El efecto dominó que anhelan los republicanos catalanes no es fácil de realizar, pero todas las miradas están puestas en esa dirección.
ERC ya ha permitido con su abstención las nuevas cuentas de Colau en el Ayuntamiento de Barcelona. Es el primer paso. El segundo será otorgar la investidura a Pedro Sánchez, a cambio de que en el caso de que se adelanten las elecciones autonómicas en Cataluña los Comunes y el PSOE respalden a ERC.
Deseo de gobierno
La idea gusta a Podemos. En la cúpula madrileña nadie cuestiona ese pacto a tres. Están dispuestos a todo por alcanzar el Ejecutivo y abrir en el partido que quiso “asaltar los cielos” su fase gubernamental. Aun así, en el partido morado reconocen que la dinámica política catalana es muy “impredecible”.
Iglesias suele escuchar a Jaume Asens, su confidente y amigo, sobre los asuntos catalanes. Y no todos respiran aliviados con esa relación: “Asens está aislado en Madrid, muchos le evitan, pero Iglesias confía en él”, explica un dirigente morado. El número uno en las listas de Podemos por Barcelona insiste en defender la liberación de Junqueras después del fallo de la justicia europea. Algo sobre lo que Iglesias no se ha pronunciado de manera tajante, y se ha limitado a abogar por una nueva etapa de “diálogo”.
"No es suficiente Junqueras"
Las relaciones entre Junqueras e Iglesias son buenas. Asens fue quien abrió las puertas de Lledoners (el centro penitenciario donde se encuentra Junqueras) a Iglesias. Entre el líder de Podemos y Gabriel Rufían hay roces, y con los sectores más separatistas aún hay más distancia. Así que nadie se confunde: “Quien manda es Junqueras, pero no es suficiente”.
El partido independentista mira de reojo a Carles Puigdemont y teme un putsch inesperado. Por ejemplo, que Quim Torra aparte a Aragonés del Ejecutivo catalán si ERC pacta con el PSOE y que de esa crisis se salga con nuevas elecciones. Por ello la situación sigue anclada a la decisión final de ERC y su valoración sobre el dictamen de la Abogacía del Estado.
Mientras, Iglesias ya ha adelantado su apertura a hablar de un gobierno de ERC en la Generalitat. Lo ha afirmado incluso públicamente, en la presentación de su libro entrevista con Enric Juliana: “Falta por ver cómo se resuelve el pulso catalán, si ERC logra ejercer el poder desde la dirección de la Generalitat, cosa que todavía no ha ocurrido. Me gustaría”, como recoge la crónica de La Vanguardia.
El 'ganador' del procés
Esta misma posición es la misma que defienden otros miembros de Podemos consultados por este diario. “Pablo no ve inconvenientes en que ERC se haga con el poder en Cataluña”, comenta un miembro destacado del partido morado. En este sentido, Vozpópuli adelantó que también el PSOE ha barajado esta opción. Incluso con negociaciones encubiertas entre dirigentes socialistas y miembros de ERC desde finales de noviembre.
Todo apunta a que, más allá de la cuestión del relato que todavía tiene que encajar ERC, la repartición del poder a nivel nacional, local y municipal de Barcelona es para el PSOE y Podemos una vía aceptable. Para ERC, además, llegar a la Generalitat permitiría realizar su deseo oculto de convertirse en la nueva convergencia. Y asegurarse el control del poder en Cataluña que apartaría de las instituciones a JuntsXCat. El procés concluiría así con ERC y Junqueras como ganadores. Y otro perdedor: Carles Puigdemont.
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