Podemos ve cómo su peso específico en el Gobierno se va reduciendo. Desde las elecciones gallegas de julio, los ministros de Podemos reciben menos información que sus homólogos del PSOE, y hasta el vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias ha sido ignorado por Pedro Sánchez en dos asuntos centrales de la legislatura: la salida de Juan Carlos I y la fusión entre Bankia y Caixabank. Ahora, según fuentes moradas, la Moncloa quiere excluir a Podemos de la gestión de los fondos europeos entregados a España para luchar contra la pandemia. Iglesias tuvo que protestar ante Sánchez por el asunto de Juan Carlos, y no se excluye que tenga que pelear ahora para evitar que el plan de Moncloa se ejecute.
Las fuentes consultadas hablan de un vicepresidente extremadamente irritado por el trato recibido por Sánchez. Aunque muchos culpan más a su asesor Iván Redondo. “El enfado es mayúsculo [con Redondo]. Él es diferente de los demás, pero es responsable de lo que está ocurriendo. Pablo está muy muy enfadado”, afirma una fuente gubernamental de Podemos.
En la fusión de Bankia con Caixabank el vicepresidente del Gobierno no fue informado de nada. Nadie en su equipo sabía que se iba a producir el anuncio y la cúpula de Podemos se quedó durante horas noqueada. Reaccionó de manera tibia: solo protestó Nacho Álvarez, quien en la semana del anuncio había tenido una reunión con María Jesús Montero para hablar de los presupuestos y no fue informado de la operación.
Adiós al banco público
Para Podemos la fusión de Bankia representa un asunto muy grave. El partido nació para defender la devolución del capital público inyectado en la entidad financiera durante la crisis, y todo apunta a que los 24.000 millones de euros se han esfumado. Al mismo tiempo, se hace complejo para Podemos defender la idea de que el ICO sirva de banco público, cuando no puede recibir depósitos ni conceder préstamos a particulares.
En ese panorama, aumenta el malestar en varios sectores del partido, que anhelan sustituir la actual cúpula. Para el vicepresidente del Gobierno la situación es complicada: no tiene intención de dejar el Ejecutivo pero debe constantemente frenar las ofensivas y la actuación de Sánchez y la Moncloa. El propio Iglesias dejó entender en su última entrevista en la Cadena Ser que se sintió engañado. En esa misma entrevista, Iglesias dijo que Sánchez se había disculpado por no informarle de la "huida" de Juan Carlos I, pero evitó dar un golpe sobre la mesa con el asunto de Bankia.
Moncloa: "Podemos debe contentarse"
Para saber qué opina la Moncloa de Podemos es suficiente resumir el pensamiento de uno de los asesores del Presidente: “Podemos no tiene poder para decir ni exigir nada en este momento. Está arrinconado y aunque la voluntad [de Sánchez] es mantener una relación amistosa, debe contentarse con lo que hay”.
El método Moncloa consiste en ofrecer a Iglesias y Podemos protagonismo en algunos asuntos sociales, pero exigirle un compromiso casi ciego en lo que será la gestión de las reformas que exige la Unión Europea, en los presupuestos y en la gestión de los 140.000 millones que el país recibirá para frenar la crisis de la covid. El dinero llegará a partir del próximo mes de enero, tras la aprobación del borrador presupuestario por parte de la UE.
"Accionistas del Ibex"
En la gestión de los 140.000 millones (el 50% de estos fondos serán transferencias sin condicionalidad directa), la Moncloa aspira a dejar a Podemos fuera de la sala de los botones. Los asesores de Sánchez, y sobre todo Redondo, se están rodeando de inversores y “accionistas del IBEX35”, revelan fuentes del partido de Iglesias. Estas personas serán las que decidirán en qué, cómo y cuándo se destinarán esos recursos.
La Moncloa está dispuesta a ofrecer a Iglesias algunos anuncios de gasto social para contentarle. Pero no tener voz en la gestión del dinero. Ese extremo ha enfurecido al líder morado, según fuentes de su partido, que describen la frustración vivida tras la noticia de la fusión de Bankia con Caixabank.
Pero, ¿está dispuesto Iglesias a romper con el Ejecutivo? Todos los miembros de Podemos consultados descartan categóricamente esa posibilidad. Con un partido en caída electoral, herido por las purgas y preocupado por los frentes judiciales, a Iglesias solo le queda aguantar en el Gobierno e intentar maximizar su poder relativo. Para hacerlo confía en el contacto directo con Sánchez, aunque también en ese caso la desconfianza va in crescendo.