El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, trabaja para evitar que los nuevos presupuestos se conviertan en la tumba del Ejecutivo. El recuerdo del fracaso de 2019 sigue vivo en su memoria. Es por ello que el líder de Podemos pide en sus conversaciones privadas con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dar prioridad a los socios de investidura, además de mostrarse cercano y “leal” con ellos.
Esto pasa, según fuentes de Podemos, por crear mecanismos informales de coordinación para que PNV y ERC (y posiblemente también Bildu) reciban información privilegiada con respecto a otros partidos del arco parlamentario sobre los planes y anuncios del Ejecutivo. Este instrumento permitirá según Podemos sortear todas las votaciones presupuestarias que se debatirán desde noviembre hasta enero.
Los morados saben que el apoyo de ERC cotiza en este momento a la baja. Después del giro sobre el impuesto al diésel y la imputación de varios cargos de ERC por corrupción por la investigación sobre el Tsunami Democratic, Gabriel Rufián admite en privado que en el contexto preelectoral autonómico va a ser difícil luchar internamente por un apoyo a las cuentas de Sánchez.
Operación judicial contra el Gobierno
Los morados han activado ya su maquinaría para desmarcarse de las decisiones judiciales. Los dirigentes de Podemos en Cataluña están intentando difundir la idea de que el Estado que actúa contra los imputados por el Tsunami Democrátic forma parte de sectores ajenos al Ejecutivo, y una pieza más de la lucha de los jueces conservadores para desestabilizar la coalición.
La palabra de orden en la cúpula morada es “tranquilidad”. Nadie contempla un voto en contra de ERC, pero sí una abstención. Iglesias se centra entonces en el PNV y en Bildu, nueva piezas claves de su nuevo escenario de alianzas con los nacionalistas. Pero el secretario general no quiere pasos en falso.
Algunas iniciativas de los socialistas preocupan al núcleo duro de Podemos. Temen que los socios de la investidura se puedan molestar, y que con el pasar de las semanas el Gobierno acabe perdiendo su mayoría. La situación de fragmentación impone cautela, y un sector imponente del Ejecutivo, liderado por los ministros económicos, avanza en su plan de arrinconar a Iglesias gracias al acercamiento de Inés Arrimadas al Gobierno.
Triple entente con PNV, ERC y Bildu
Esta cautela empuja al líder morado a exigir a Sánchez cercanía con las fuerzas políticas que le entregaron el poder. “Es una cuestión de lealtad”, afirman fuentes de Podemos, que también apelan a la creación de canales informales de intercambio de informaciones entre esos partidos.
No se trata de crear portavocías compartidas, desvelan estas fuentes, pero sí generar prácticas de colaboración. Algo parecido a la institucionalización de una triple entente con ERC y el PNV, al que poder sumar Bildu, durante las baterías de votaciones presupuestarias entre noviembre y enero. Los apoyos en un Congreso tan fragmentado se construyen sobre la base de confianza personal y "humildad", recuerdan en Podemos.
No es la primera vez que los morados creen que Sánchez no se prodiga lo suficiente para defender el bloque de investidura. Durante los debates del estado de alarma de abril y mayo, cuando ERC le quitó el apoyo, los morados se posicionaron de lado de Rufián. Entonces señalaron directamente a Sánchez como responsable del caos, tal y como desveló este diario.
Ahora Iglesias quiere que no se repita ese error. El pasado jueves, por ejemplo, advierten a ministros como la de Hacienda, María Jesús Montero, de que no dé por hecho ningún acuerdo ni respaldo parlamentario. Aunque el objetivo de Iglesias sigue siendo Sánchez. Si el Presidente cede en la creación de estos mecanismos informales de contacto directo, los morados aseguran que la negociación tendrá un éxito positivo.
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