Salvador Illa se irá a 'hacer las Españas' antes de acabar el año, visitando, una a una, las sedes de la presidencia de las 16 comunidades autónomas. Pero, a diferencia de cuando miles de españoles se fueron a 'hacer las Américas' huyendo de la guerra y de la pobreza, Illa irá, autonomía por autonomía, para explicar a sus homólogos que el Gobierno les quitará más dinero a ellos para dárselos a Cataluña. Como en el mes de septiembre hizo, a petición de Pedro Sánchez, llamando a los barones más críticos con el acuerdo suscrito con ERC a las puertas del convulso Comité Federal que sirvió para convocar el 41 Congreso Federal de noviembre en Sevilla.
En el Palau de la Generalitat, sede de la presidencia catalana, enmarcan esta 'vuelta a España' de Salvador Illa en la idea de “restablecer puentes” con el resto de comunidades. El exministro de Sanidad es el primer presidente no declaradamente independentista de Cataluña en más de una década. De ahí, que en línea con uno de sus eslóganes electorales, el de “servir y unir”, busque ahora la unión con el resto de España tras 12 años de desencuentros a raíz del proceso soberanista. Pese a que su ascenso al poder, la unión todavía no se ha alcanzado en la región que dirige, con sus socios de ERC, por ejemplo, recordando en la pasada Diada que su objetivo sigue siendo la ruptura.
La cuestión de la financiación, el pago que Sánchez aceptó de espaldas a un PSOE al que les obligó a acatar sin debate previo, a cambio de investir a Illa, ha provocado un grave choque entre autonomías, incluso ha agrietado los cimientos del propio Partido Socialista. Por ese motivo, el mandatario catalán quiere devolverle el favor al jefe del Ejecutivo, tratando de hacer pedagogía entre sus homólogos para intentar rebajar las feroces críticas que emergen desde la mayoría de autonomías y ayudar así al que fuera su jefe en el Gobierno. Aunque parece que el esfuerzo de recorrerse toda España no va a servirle de mucho. Las posiciones de cada uno están muy definidas y, en el caso de los 12 presidentes del PP, mantienen una posición unitaria marcada por Génova 13.
En los encuentros, que aunque empezarán este año se desarrollarán también a lo largo de 2025, Salvador Illa pretende además “buscar vías de colaboración” con el resto de comunidades autónomas. El proceso separatista diluyó la gran mayoría de acuerdos, a raíz de la fuga de empresas a otros territorios, creando un enfrentamiento nunca antes visto entre regiones. Una decisión, la del cambio de sedes empresariales, que las compañías adoptaron por culpa de la situación política, que generaba cierta inestabilidad, y que otros gobiernos aprovecharon para atraer riqueza.
Por ahora, lo único que tiene claro Illa, es que la primera reunión no será con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. "Tampoco hay que ir a provocar" explican fuentes cercanas al presidente catalán. De hecho la reunión con la mandataria madrileña será una de las últimas de la ronda de encuentros. Lo previsible, aunque todavía no se ha hecho el recorrido del 'tour', es que la primera cita seacon la presidenta de Navarra, María Chivite, que tiene su propio concierto económico, o con el asturiano Adrián Barbón, que aunque ha levantado la voz contra el regalo de Sánchez a Cataluña, mantiene una estrecha relación con Illa. Los dos, además, son del PSOE.
Anteriormente, en Cataluña, lo habitual era que los presidentes nacionalistas o separatistas establecieran una relación más fluida con sus homólogos de Baleares y la Comunidad Valenciana. Con cuyas administraciones, la Generalitat, mantiene a lo largo del tiempo varios proyectos comunes, sobre todo en el ámbito de promoción del catalán. Pero nunca antes un presidente catalán había hecho una gira de estas características más propia de un jefe de Estado recién elegido. Como tampoco lo han hecho otros presidentes autonómicos que, como en el caso de los antecesores de Illa, sí se habían reunido de forma puntual con otros homólogos.
El actual primer secretario del PSC se ha inspirado en otro presidente socialista, Pasqual Maragall, a la hora de diseñar esta estrategia para limar las asperezas a raíz de la financiación. Maragall, en 2005, se reunió por sorpresa con Manuel Chaves, entonces presidente de la Junta de Andalucía, con quien existía un enfrentamiento público por culpa del nuevo Estatut que, como ahora Sánchez con la financiación, José Luis Rodríguez Zapatero concedió a Artur Mas para para asegurarse su paz.
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