Salvo milagro improbable de última hora, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras tumbarán el Gobierno por segunda vez en menos de un año. España se aboca a un ciclo electoral de generales, autonómicas, municipales y europeas comprimido en apenas unos meses. O quizá al mismo tiempo.
La decisión del separatismo catalán, liderado por Puigdemont desde Waterloo y Junqueras desde la cárcel, ha repetido el esquema previo al golpe de octubre del 2017, en aquel caso con el PP. Los partidos independentistas estiraron la cuerda más que nunca en la negociación ahora con el PSOE, y la rompieron cuando les convino.
Ellos quitaron a Mariano Rajoy y pusieron Pedro Sánchez en la moción de censura. Y ahora expulsan a Sánchez de La Moncloa al tumbarle los Presupuestos en el momento que más concesiones habían logrado del Ejecutivo. Junqueras y Puigdemont han demostrado que su desafío al Estado sigue en pie. Y que su batalla por la hegemonía del independentismo es encarnizada.
Mitin de Tardá
Si no hay cambios, ERC y el PDeCAT rechazarán este miércoles los Presupuestos. Sánchez no tendrá más remedio que dar por acabada la legislatura y convocar elecciones anticipadas. Y lo hará con la sociedad más polarizada que nunca, la crisis catalana sin resolver, el juicio del 1-O en marcha y cinco partidos nacionales -con la previsible entrada de Vox- en el futuro Congreso salido de las urnas.
Sánchez se convertirá en el presidente más breve de la democracia. El jefe del Ejecutivo sucederá en ese título a Leopoldo Calvo-Sotelo, que estuvo 22 meses al frente del Gobierno tras la dimisión de Adolfo Suárez y la intentona golpista de Tejero.
El debate de las enmiendas a la totalidad el martes en el Congreso fue más un mitin que otra cosa. La constatación de que ni siquiera hay margen para el milagro. El portavoz de ERC, Joan Tardá, utilizó su tiempo para hacer la típica soflama separatista.Y recordó que sin el derecho de autodeterminación encima de la mesa no hay nada que hablar.
"¿El Estado español es democrático?, Por supuesto. ¿Se está comportando democráticamente en Cataluña?, No, en absoluto", dijo. "Es tan legítimo poner encima de la mesa la autodeterminación como la autonomía".
El PDeCAT optó por un perfil bajo con Ferrán Bel, que se limitó a culpar al Gobierno de perder la votación presupuestaria por rechazar ese diálogo sobre la autodeterminación. "Tienen tiempo, poco", aseguró.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tuvo que fajarse en un debate más político que económico. Y en el que intentó ser fiel al relato de que son PP y Ciudadanos y el separatismo los que tumban los Presupuestos.
Torra: "Autodeterminación"
A pocos metros del Congreso en Madrid, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, echaba más gasolina al fuego de una legislatura abrasada por el 1-O, la moción de censura, el turbulento mandato de Sánchez, el juicio del procés, la manifestación de Colón y la negociación fallida con el separatismo.
En su opinión, el juicio que ha comenzado en el Supremo contra los líderes del proceso separatista es un "acto de venganza".
"Con Sánchez he hablado de todo, no sé que ha pasado ahora, quizás le ha entrado miedo por la manifestación del domingo o quizás han vuelto los fantasmas de Felipe González", aseguró Torra.
"Nosotros hemos dejado claras nuestras peticiones. Pero ahora no me cabe otra pregunta que ¿el diálogo para que era, para aprobar los Presupuestos o para afrontar el problema de Cataluña?", añadió.
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