La empresa Indra va a reforzar la seguridad de su recuento del 21D en Cataluña con dos controles ‘antihackeo’: uno previo a las 20.00, hora en que el sistema empezará a volcar los datos colegios electorales, y otro al final, pasadas las cero horas del viernes 22, explican a Vozpopuli diversas fuentes conocedoras del proceso electoral.
El objetivo es certificar con esa “auditoría informática” que ningún agente externo al proceso introduce durante el volcado datos erróneos; y no se hace tanto por riesgo de ‘pucherazo’ -se descubriría, ya que en España el recuento oficial es manual, lento, y tarda cinco días hasta ser certificado por la Junta Electoral y destruidas las papeletas- sino porque se quiere evitar la “deslegitimación” de los resultados por parte del independentismo.
La confirmación por parte de East Stratcom, la unidad de vigilancia cibernética de la UE, de que, en los días previos al referéndum ilegal del uno de octubre, nada menos que el 80% de las “desinformaciones” sobre Cataluña procedían de servidores rusos -el 20% restante de servidores venezolanos- predispuso al Gobierno a “blindar” el 21D.
La supuesta o real ‘amenaza rusa’, que el embajador de ese país en España ha negado por carta a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, importa en La Moncloa, pero más preocupa el ciberactivismo: El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha detectado que grupos como “Anonymous” ayudan al secesionismo catalán.
Sus expertos del Centro Criptológico Nacional (CCN), contabilizaron hasta 70 ataques contra páginas de las Administraciones Públicas del Estado en los días en torno tras la intervención de la Generalitat por la vía del artículo 155 de la Constitución.
Los ‘piratas’, que publicitaron su campaña en Twitter bajo los hashtags #OPCatalunya y otros parecidos, intentaron tumbar web oficiales y en algunos casos tuvieron éxito, como en la del Tribunal Constitucional o en la del propio CNI. También intentaron acceder a información reservada, pero no tuvieron éxito.
Un ataque este próximo jueves desde “Anonymous” o desde cualesquiera otros grupos de ‘hackers’ que pululan por la red alentaría el clima de sospecha política que se ha alentado desde las formaciones independentistas.
ERC ha anunciado que 16.000 de sus militantes, entre interventores y apoderados, “vigilarán” la limpieza del proceso. Junto con Junts Pel Catalunya y la CUP han llegado a pedir incluso la presencia de observadores internacionales.
Lo van a tener difícil, resaltan las fuentes gubernamentales consultadas, porque en cada mesa electoral no sólo hay representantes de todas las formaciones; los ciudadanos que hacen de Presidente y vocales también dan fé de la limpieza del escrutinio y, además, se va a doblar la presencia policial respecto a una jornada electoral “normal”: habrá una patrulla de agentes en cada colegio.
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